Los investigadores han identificado más de 70 pueblos que usan silbidos para comunicarse.
Si tienes la suerte de visitar las laderas del Himalaya es posible que llegues a escuchar un extraordinario dueto resonando a través de los bosques.
Para un oído que no está acostumbrado podría sonar como unos músicos calentando un extraño instrumento pero es, en realidad, una comunicación entre dos amantes que emplean un lenguaje silbado secreto.
Los hmong son unas de las pocas comunidades que pueden “hablar” en silbidos, un lenguaje normalmente usado por agricultores y cazadores para comunicarse entre sí.
Sin embargo, es quizás más hermosamente expresado durante un cortejo iniciado por muchachos que, al anochecer, deambulan por pueblitos cercanos, silbando sus poemas favoritos.
Si una muchacha responde al silbido inicial, comienza un sugerente diálogo de pareja que, incluso, pueden crear su propio código personal para confundir a los fisgones.
“Les da algo de intimidad”, dice Julien Meyer, de la Universidad de Grenobe, quien ha visitado la región para estudiar esa forma de comunicación.
Quizás silbar fue parte de la dinámica que impulsó a los humanos a adaptar su comunicación a algo más elaborado”
Julien Meyer, investigador
El interés de Meyer en esos lenguajes comenzó al leer un artículo publicado hace 40 años en la revista estadounidense Scientific American sobre el silbo gomero, una forma de español silbado “hablado” en La Gomera (Islas Canarias).
Fascinado instantáneamente, Meyer terminó haciendo un doctorado sobre el tema y llegó a identificar más de 70 grupos en todo el mundo que usan silbidos para expresarse.
Esos misteriosos lenguajes demuestran la asombrosa capacidad del cerebro para decodificar información de señales nuevas y hasta podrían arrojar luz sobre el origen de la comunicación hablada.
Caza y recolección
Debido a que los silbidos pueden llegar muy lejos -hasta 8 km en condiciones abiertas- su uso es más frecuente en las montañas para ayudar a pastores y agricultores a pasar mensajes.
Sin embargo, también pueden penetrar densos bosques, como en la Amazonia, donde son utilizados por los cazadores para localizarse entre sí.
Igualmente, pueden ser útiles en el mar. Las comunidades inuit los emplean para dar instrucciones durante la caza de ballenas.
La Gomera
Los valles de La Gomera son ideales para llevar el sonido de los silbidos a través de largas distancias.
Y esos lenguajes crípticos también han servido como un arma de guerra.
Meyer dice que, por ejemplo, las poblaciones bereberes indígenas en la cordillera del Atlas usaron silbidos para pasar mensajes durante su resistencia contra los franceses.
Cambio de tono
Para quienes no estén familiarizados con ese lenguaje, puede parecer imposible imaginarse cómo los tonos ascendientes y descendientes transmiten significados.
Meyer encontró que normalmente se basan en una de dos estrategias, que usan el cambio de tono para crear una especie de esqueleto esencial del lenguaje hablado.
Y todo depende de si el lenguaje cotidiano es o no “tonal”.
En algunos países, especialmente en Asia, el tono de una sola sílaba en una palabra puede cambiar su significado. Como resultado, los silbidos siguen las melodías inherentes en cualquier oración hablada.
Sin embargo, otros idiomas, como el español y el turco, no son naturalmente tonales.
En esos casos, los silbidos imitan los cambios en resonancia que ocurren con los distintos sonidos de las vocales, mientras que las consonantes se pueden distinguir por la forma abrupta en la que los silbidos saltan y se deslizan de nota a nota.
Los cazadores siberianos yupik usan los silbidos para comunicar instrucciones en mar abierto.
Meyer encontró que quienes se comunican así fluidamente pueden descifrar las frases con una precisión de más del 90%, cerca de la misma inteligibilidad del lenguaje hablado.
Y sospecha que todo se basa en el mismo mecanismo que nos permite poder conversar en una sala repleta de gente o entender un mensaje susurrado.
Podemos ver lo mismo en mensajes escritos cuando las letras están desordenadas o faltan vocales. “Auomticamnte l cerbro llna los espacis”.