RIO GRANDE.- Guillermo Bustamante, además de ser policía retirado, es un tradicionalista, payador, poeta y animador de eventos campestres. El intendente Gustavo Melella le entregó el Decreto de Reconocimiento acompañado por miembros del Gabinete municipal y por las autoridades de la Federación Gaucha de Tierra del Fuego.
A través del Decreto Municipal N° 743/2015 el intendente de la ciudad de Río Grande, profesor Gustavo Melella, reconoció al payador Guillermo Bustamante, quien tiene una dilatada trayectoria en la ciudad como hombre de a caballo y defensor de los valores tradicionalistas.
El Jefe comunal estuvo acompañado de los secretarios de Asuntos Sociales, profesora Gabriela Castillo y de la Producción, licenciado Agustín Tita. Por su parte estuvo presente también la Federación Gaucha de Tierra del Fuego, encabezada por su presidente, Julio Rocha.
La pasión de Guillermo Bustamante por la cultura campestre comenzó desde cuando era un escolar y escuchaba el programa del extinto doctor Adrián Bitsch, ‘Lavando Cebaduras’, que se emitía por LRA 24 Radio Nacional Río Grande.
Fue uno de los primeros alumnos de la Escuela Provincial N° 7 ‘El Abrazo de Maipú’, cuando la calle Rafael Obligado todavía era de barro y había que cruzar la vega que había en ese entonces, antes que la ciudad vaya creciendo para esos lados.
Ya en sus años mozos se fue a trabajar al campo, más allá del Lago Fagnano, de la mano de Juan Walter, hasta que decidió volver al pueblo una vez que conformó su familia y se hizo policía.
Justamente Bustamante estuvo en el límite entre las dos policías fueguinas: la Territorial y la Provincial, siendo en las filas de esta segunda que integró la primera promoción. Comenzó siendo bombero y luego sirvió en distintos destinos policiales. Luego conformó la Brigada Rural y nuevamente abrevó en sus orígenes como hombre de a caballo. Sus últimos años del servicio, adiestró perros.
En Campo de Mayo se capacitó en el adiestramiento de canes antinarcóticos, lo cual representó su última actividad en las filas policiales, hasta que se jubiló.
Otra pasión que guardaba era la poesía, entusiasmo que creció al tratar con el payador oriental Nieves Cabrera. Su poesía rescata a personalidades como el Padre José Zink, el “Cura Gaucho” y del doctor Adrián Bitsch, además de otros muchos escritos que aún aguardan una edición.
