En sólo 15:03 minutos la nadadora chilena Bárbara Hernández unió el océano Pacífico con el Atlántico nadando 3 millas náuticas (5.500 mt) en traje de baño. Se trata de un hecho inédito que le valió el reconocimiento internacional.
RIO GRANDE.- En las gélidas aguas australes y con un traje de baño normal, la nadadora extrema chilena, Bárbara Hernández, logró inscribirse en los récord Guinness.
Tras convertirse en febrero en la primera persona en unir los océanos Pacífico y Atlántico por las aguas gélidas del Cabo de Hornos, con esta hazaña rompió el récord de velocidad de la milla nadada, con un registro de tan solo 15 minutos y 3 segundos logró recibir esta semana el reconocimiento oficial del libro Guinness.
En diálogo con la agencia ANSA, la joven psicóloga de 36 años, nacida en Santiago, afirmó que “era un sueño de muy niña nadar en estos lugares, literal al final del mundo. Habían venido sólo extranjeros a nadar en esta zona, pero yo logré que el récord Guinness se quedara en casa. Eso es también hacer patria y poder hablar del cuidado del océano”.
Describió que nadar en las aguas del Cabo de Hornos te permite vivir “una sensación muy extraña, es como estar en el mundo Jurásico, donde ves las montañas que emergen del agua, muy limpias, transparentes, pero vista desde arriba se ven negras y cuando nadás, en un par de metros ves como vacío, los cielos son como grises”.
Además, prosiguió, “hay muchos albatros que con las alas extendidas miden dos metros y vuelan encima tuyo”. Bárbara destacó que todo el tiempo la van monitoreando y cuidando, en todos los indicadores del cuerpo. Contó que “mi presión baja, la respiración se mantiene baja y salgo igual con hipotermia, me costó una hora y media recuperar la temperatura. Con mi equipo aprendimos a trabajar la hipotermia”.
Un lugar preponderante de esta odisea lo ocupa también la Armada de Chile y su apoyo logístico, desde avisar cuando el clima abrió la ventana para poder concretar la desafiante aventura. “La Armada buscó el día, nosotros estábamos en los glaciares aguardando la señal y cuando nos llega, no teníamos cómo llegar a Puerto Williams. Atravesamos entre auto, avión y navegando”, detalló.
Hacía 10 años que Bárbara entrenaba en la región de Magallanes, donde ha sido bautizada como “la Sirena de hielo”.
Consultada por el momento más importante de su hazaña, la joven deportista no dudó en responder: “Cuándo salté al agua. Fueron 5,5 kilómetros, desde el Pacifico al Atlántico, frente a la isla de Hornos. Estar en medio de la nada, al final del mundo, a mí no me dan miedo estas condiciones, yo siento que pertenezco a esas aguas, no me da angustia la inmensidad del océano, estoy en mi medio, para mí estos lugares son mágicos”.
Sobre el récord obtenido confesó que “nos tiene muy contentos, disfruto este logro por la alegría de las personas, es un regalo para la gente que ha creído en mí, es un regalo para mis papás, para mi entrenador, para mi equipo”.
Anunció que ahora va por un Guinness en la Antártida, “queremos dar la vuelta al mundo con esa noticia, hacer un documental para mostrar cómo funcionan estos nados. Mi lucha y esfuerzo es hablar de esto, del cuidado de los océanos y del medioambiente y de motivar a la gente a seguir sus propios sueños”.
También busca convertirse en la primera sudamericana en nadar los siete océanos, de los cuales ya lleva cuatro: el estrecho de Gibraltar, entre España y Marruecos; el canal de Catalina en Estados Unidos; el canal de la Mancha, entre Francia e Inglaterra y el canal de Molokai en Hawái.