BUENOS AIRES (NA).- Gracias a un soberbio partido de todo el equipo y saber reponerse a la transitoria igualdad de Independiente, River logró ayer avanzar nuevamente a las semifinales de la Copa Libertadores al ganar 3-1 la revancha en el estadio “Monumental”, tras el 0-0 de la Ida.
Tras un primer tiempo con leve dominio del “Millonario”, Ignacio Scocco abrió el marcador en un contragolpe perfecto a los dos minutos del complemento.
Pero Independiente reaccionó enseguida gracias al oportunismo de Silvio Romero (9’). Sin embargo, la mano del entrenador Marcelo Gallardo volvió a notarse al mandar a la cancha al colombiano Juan Fernando Quintero (23’), que desequilibró el partido con un zapatazo a los 23 minutos del segundo tiempo.
Con el “Rojo” de Avellaneda jugado en ataque en búsqueda del gol y la clasificación, el colombiano Rafael Santos Borré liquidó el pleito con un soberbio gol de media distancia.
Ahora, el conjunto de Núñez, que va en busca de su cuarta Copa Libertadores, jugará en semifinales con Gremio de Porto Alegre (Brasil), el actual campeón, que anoche venció de local por 4-0 a Atlético Tucumán, a quien ya había derrotado por 2-0 en el norte argentino.
River, con el empuje de un estadio Monumental repleto, apretó los primeros 20 minutos con un equipo corto, que no dejaba respirar a Independiente y que intentó abrir el marcador rápidamente como había ocurrido frente a Racing.
Igualmente, en ofensiva le costó trasladar ese dominio, más allá de que fue el que más probó con remates de media distancia de “Nacho” Fernández, Scocco, Pratto y Borré.
Sobnre el cierre llegó la polémica de la noche: cuando Pinola le aplicó un terrible planchazo a Martín Benítez dentro del área después de rechazar la pelota, pero el árbitro brasileño Daronco no fue recomendado por el VAR.
De jerarquía.
En menos de dos minutos de juego, el ingresado Gigliotti tardó en definir en un área, y en el contragolpe hubo una triangulación perfecta entre Pratto, Borré y Scocco, que tocó al gol.
Sin embargo, a los 9’, tras un desborde de Martín Benítez, Romero capturó el rebote de Armani dentro del área y se tomó revancha de una opción clarísima que había fallado momentos antes para poner el 1-1.
Domingo cortó en el mediocampo, pero un compañero se la llevó por delante y habilitó involuntariamente a Quintero, que diez minutos después de ingresar, definió a un costado ante Martín Campaña.
Fue el golpe de gracia para River, que se recluyó en su campo y trató de defender la diferencia, sabiendo que en un contragolpe podía liquidar la historia.
Ese toque final llegó gracias al gran momento de Santos Borré, que pleno de confianza, probó de media distancia y la colgó junto a un palo para darle tranquilidad a Gallardo y compañía.