Publicaron su primer disco “Me destruyo”, en diciembre del año pasado. En septiembre comenzaron una gira que les permitió compartir escenario con Ciro y Los Persas, y tocar en locales legendarios como Roxy, Makena y Groove. Hoy, durante una pausa en su gira, hablan de sus experiencias, de los planes a futuro, y de cómo ven en la actualidad al rock fueguino.
RIO GRANDE.- Los Vende Humo, son una de las bandas de rock que más popular se volvió en la ciudad durante el último año. La banda, que comenzó su camino en el 2014, está conformada por Damián Gudik (voz, armónica y guitarra); Alejandro Bustos (bajo y coros); Muti Abalos (batería y coros); Agustín Genzano (guitarra líder) y Coko Corvalán (guitarra rítmica).
En noviembre de 2016, durante el Festival “Me Río Grande”, Los Vende Humo tuvieron la experiencia de tocar frente un público realmente numeroso, y compartieron fecha con grandes bandas como El Bordo, Carajo y Catupecumachu. Apenas un mes después, lanzaron su primer disco “Me Destruyo”, que presentaron en Ushuaia y Río Grande.
En 2017, hicieron las valijas y encararon una gira que los llevó desde el Ushuaia Cuatro Leguas Under Fest; a ser teloneros de Ciro y los Persas, en Río Grande. De ahí, viajaron a Santa Cruz, para tocar en el Calafate Rock. Finalmente en tuvieron la oportunidad de tocar en Buenos Aire. Los Vende Humo llevaron el rock fueguino a los escenarios de Makena, The Roxy y Groove, en los que bandas de rock de todo el país comenzaron su camino.
“Y…ahí tocamos con Arcadia y Mal Momento. Así que si bien nosotros hemos tocado en lugares con un montón de gente más, lo que estaba bueno era desembarcar en los lugares donde arrancaron las bandas que nosotros escuchamos. Tenía una mística especial. Después ver cómo laburan en los distintos lugares, que de eso también aprendés un montón”, relató Damián (el Mono) Gudik.
Muti Abalos, agregó: “Además en los tres lugares rompimos el hielo, nos tocó abrir, así que eso también fue una experiencia”.
“La verdad que en todos los lugares, la gente es muy respetuosa, te escucha con atención. Se nota que son lugares en los la que gente va a escuchar bandas nuevas”, coincidió Alejandro Bustos.
A pesar de la agenda ocupada, y las horas de trabajo intenso, los chicos aprovecharon también para escuchar música nueva; “Fuimos a un lugar que se llama Lucile, y vimos una banda de un armoniquista con guitarra, y hacían unos solos de viola con armónica, increíbles, muy bueno”, recordó Muti.
“Arcadia –Agregó Damián-, fue una banda con la que tocamos… después Fugo, otra banda que también nos gustó”.
“Es que lo bueno de haber ido a Buenos Aires es que estás jugando en primera. Las bandas que están ahí tienen experiencia, calidad, y siempre un aprendizaje te llevás. Hablás con un músico, o lo que sea, te sirve”, insistió Muti.
“Lo que me pasó a mí también es ver la sintonía en la que están las bandas, porque están pensando profesionalmente, no en tocar por tocar. Por ahí al estar acá, tan lejos en esta provincia, adquirir esa mentalidad es re difícil”, reconoció Gudik.
Alejandro Bustos, agregó: “Acá hay muchas bandas, pero se toma más como un pasatiempo. Tenemos pocas bandas que están buscando una carrera profesional”.
Para Los Vende Humo, el profesionalismo en una banda de rock, la da no sólo la cantidad horas de ensayo, sino la mentalidad con que se encara cada proyecto: “La diferencia está en la manera de trabajar. La mentalidad a la hora de sentarte a trabajar en algo. Vos podés tener 10 ensayos por semana, pero si no sos productivo no sirve. Y aparte tiene que ver, no sólo con lo musical, sino con la estética, el sonido, es todo”, reflexionó Bustos.
Mientras esperan confirmación de algunas fechas, Los Vende Humo decidieron hacer una pausa: “la idea es tomarnos un tiempo en lo que es viajes, y seguir ensayando. Además de empezar a componer con la mira al próximo disco. Porque va a ser un año que presentamos el disco con el que estamos girando. Y seguramente hacer un show acá en la ciudad, para cerrar el año”, adelantó Gudik.
Uno de los acontecimientos más perjudiciales para la escena local del rock fue el cierre del bar Mostaza, en el que cada semana bandas locales o de otras provincias solían presentarse. Los Vende Humo, reconocen que la falta de lugares para que toquen bandas en vivo, no es algo que afecte sólo a Río Grande: “El comentario en todas las ciudades de la región es más o menos el mismo, que no hay lugares para tocar. Aunque hay otros lugares que están surgiendo, a nosotros lo que nos pasó con Mostaza, es que era un lugar que aportaba muchísimo en este sentido y nunca se le dio el valor que tenía realmente, no solamente a nivel local, sino que había una movida de bandas de Buenos Aires que venían acá a tocar, en Mostaza, y que gracias a eso pasaban también por otras ciudades”, comentó Muti.
Damián, aportó una mirada un poco más optimista: “Yo creo también, que siempre que perdés algo empiezan a surgir cosas nuevas. Porque tenés las bandas que siguen yendo a tocar a los bares. Pero también tenés bandas que a partir de esto están pensando en grabar y tener su sonido, o llevarlo a otros lugares. Creo que eso está renaciendo”, dijo.
En cuanto a anécdotas de gira, aseguran que hay muchas. Pero Ale, recordó una que todavía hoy, los hace reir a todos: “Hubo un momento, en que a uno de los guitarristas, un chico punkie le pedía la púa. Fue cómico, porque le tiró como tres púas y no agarró ninguna. No sabemos si estaba muy tomado o qué, pero cada vez que le tiraba la púa el pibe se iba para el otro lado”.
Todos los integrantes de Los Vende Humo, coincidieron en que la experiencia de la gira, fue positiva y, aunque ganaron en confianza y experiencia, todavía les cuesta reconocer el hecho de tener fans, que corean y saltan con sus canciones: “En Calafate por ahí tuvimos más gente que nos vio y ahora nos sigue en las redes, o nos invitan a futuros eventos”, reconoció Damián.
“Todavía nos re cuesta tener la idea de lo que significa el fan. Un par de gente conocida nos fue a ver a Buenos Aires, y suben historias al Facebook, o Instagram, y vos decís ‘Fah, están posteando con la banda’. Cuando tocamos con Ciro a varios de nosotros nos paraban y nos pedían fotos… era muy surrealista, muy raro. Y a la vez, sentís que es como una recompensa, un reconocimiento, porque son chicos que están en la edad en que uno empieza a descubrir la música, y pensás que un día Los Vende Humo puede ser un referente para alguna banda nueva. –comentó Muti- Y está bueno en el sentido de mostrar que es posible, si se trabaja, si se ponen todas la fichas se da la oportunidad, y las cosas suceden”.
Damián coincidió: “Si, eso también es algo que nos dejó la gira. No muchas bandas han tocado en estos tres lugares de Buenos Aires. Para nosotros, desde acá, poder hacer esta gira y que haya respuesta, está buenísimo. Fuimos allá, y todos nos trataron como iguales. Y experiencia, es lo que más adquirí. Cada show es una oportunidad de descubrir algo nuevo de la devolución de la gente. No había sentido nunca que en un pogo, la gente salte con un tema de la banda. El movimiento, y darte cuenta que lo estás generando con la banda, es muy zarpado. También ir mejorando, en el instrumento todo el tiempo, hay una evolución. Aunque es difícil porque, en ese momento, te pasan cosas, y de repente hay respuesta y sentís que no estás trabajando en vano”.
“Para mí el balance, es más por haber viajado con amigos a Calafate y a Buenos Aires a tocar en esos bares que tienen tanta historia. Rescato eso, el camino recorrido”, reflexinó Alejandro.
“También te chocás un poco con tus tabúes, los demonios que uno tiene. ‘Será bueno el producto’, y pensar en que el aval de la gente no sea algo excepcional, sino que sea algo que empieza a suceder, que la música se empiece a contagiar y que, si hay una fórmula que funciona, seguir aplicándola. Después, más que nada, poder ir desafiándose a uno mismo”, expresó el baterista.
Todos coinciden en que después de todas las fechas que hicieron como banda, desde el 15 de septiembre hasta hoy, el aprendizaje fue continuo “desde los errores que uno comete hasta los aciertos. Todo te va dejando una experiencia para ir diciendo ‘el camino es este’, mirar hacia atrás y ver donde tropezaste y como seguir”, manifestó Damián.
Y agregó: “en cuanto a los agradecimientos, hay muchos. A la familia, que nos banca en esta locura; toda la gente que aportó un granito en la gira: productores amigos, gente que labura con nosotros, a Luciana D’attoma que nos acompañó en la gira como fotógrafa; a la gente de Arcadia, que también nos brindó todo para que estemos en The Roxy súper cómodos; a la gente que labura en el Makena y Groove; a Gabi y el uruguayo, a la gente que conforma el equipo de laburo, el Capi, Nico Mazzini, Nico Yurgevich. A la gente que compró el disco porque los vendimos todos, y está buenísimo que la gente haya recibido el disco y que los temas estén en la calle”, concluyó Gudik.