Jonatan Corales y su sabueso “Rosco” de la Asociación Canina de Catástrofes fueron los primeros en encontrar a Pablo Gómez en el Glaciar Martial. “Tuvo mucha suerte”, indicó el instructor y pidió a la gente que se adecue cuando salga a la montaña: “Si no te preparás puede terminar de la peor manera; Pablo tuvo mucha suerte”.
USHUAIA.- El perro rescatista Rosco y su instructor Jonatan Corales fueron los primeros en divisar el miércoles por la noche, cuando comenzaba a oscurecer en Ushuaia, a Pablo Gómez (27) el joven extraviado en el camino al Glaciar Martial.
Corales integra la Asociación Canina de Catástrofes delegación Tierra del Fuego, que funciona hace dos años en la provincia. También su perro Rosco, de raza San Huberto, conocido como sabueso por su capacidad de rastreo.
“Dentro de todas las razas de perros este se destaca porque un perro normal tiene entre 250 mil y 280 mil sensores olfativos, y Rosco tiene de 300 a 350 mil sensores olfativos que son los que lo llevan a tener un mejor rastro sobre pisadas y olores que pueden ser de hasta 15 días”, explicó Jonatan.
Esa capacidad olfativa fue la que llevó a Rosco a los rescatistas a encontrar a Pablo, cerca de las 21.00 del miércoles, en un lugar de muy difícil acceso y cuando el joven comenzaba a debilitarse luego de pasar la noche a la intemperie, con una fractura expuesta de pierna y golpes en la cabeza producto de una caída.
“Dimos con Pablo a eso de las 20:50, a mí me avisan para subir pero ya había muchos perros trabajando. El chico estaba en una zona muy hostil, todo roca debajo de un planchón de nieve. Lo vimos tirado boca abajo, había mucho viento por momentos y lloviznaba, estuvo muy complicado pero tuvo mucha suerte”, dijo sobre el rescate de Gómez.
Y agregó que “por lo que nos pudo decir en el momento se cayó y se golpeó muy fuerte, siguió caminando hasta donde pudo hasta que no aguantó más y fue el lugar donde lo encontramos”.
La búsqueda de Rosco se concretó a partir de prendas de vestir de Pablo que facilitó la familia. “Con eso nos fuimos para arriba y comenzamos a andar por el sendero. El perro hizo un rastro siguiendo ese sendero, luego se apartó e hizo un rastro de 800 metros en subida y enganchó el olor de la persona en el viento y fue un poco más directo”.
Finalmente Jonatan advirtió la necesidad de que aquellas personas que deciden salir a hacer caminatas lo hagan a conciencia. “No todos están preparados para subir a la montaña, así sea un camino muy fácil hay que ir preparados, con botas de trekking, campera especial, gorros, guantes, no es cuestión de ir de picnic, porque cuando te agarra hipotermia allá arriba o te lastimás, como esta persona, puede terminar de la peor manera”.
“Ojala la sociedad se interiorice un poco más, porque la montaña está ahí y es hermosa. Hay horarios en los que tampoco se puede salir, no a las cinco de la tarde porque siempre faltará luz”, señaló finalmente.