El pliego de Rosenkrantz será analizado por la Comisión de Acuerdos el próximo martes junto al de Rosatti y ambos tendrían dictamen, según adelantaron diversas fuentes parlamentarias, aunque el bloque PJ-FPV mantiene en estricta reserva su voto, que resulta fundamental para que el oficialismo llegue a los dos tercios.
BUENOS AIRES (NA).- El candidato a la Corte Suprema de Justicia Carlos Rosenkrantz defendió ayer su nominación ante el Senado, en donde afirmó que no hubiera asumido en el máximo tribunal sin el acuerdo de la Cámara alta y sostuvo que los jueces no pueden intervenir en conflictos de índole política.
Durante la audiencia pública que realizó la Comisión de Acuerdos y que se extendió por casi seis horas, Rosenkrantz sostuvo que pagaría el impuesto a las Ganancias, aunque relativizó la discusión sobre ese tema, y expresó además su preocupación por la violencia de género.
Tras su paso por el Senado, antecedido por Horacio Rosatti, el otro candidato propuesto por el presidente Mauricio Macri, la Comisión de Acuerdos firmará el dictamen sobre los pliegos de ambos juristas el próximo martes, aunque la votación podría demorarse hasta que termine la discusión sobre el acuerdo con los holouts, que es prioritario para el Congreso.
«Creo que dadas las circunstancias que sucedieron, la asunción no hubiera sido una posibilidad», respondió el jurista al ser consultado por la senadora Nancy González (PJ-FPV) sobre qué hubiera hecho si el Ejecutivo lo nombraba «en comisión» por decreto, sin pasar por el Senado.
Además, cuando el jefe del bloque del PJ-FPV, Miguel Ángel Pichetto, le pidió su opinión sobre el rol de la Cámara alta en la designación de cargos para el máximo tribunal, Rosenkrantz sostuvo que «nadie puede aspirar a ser juez de la Corte sin el acuerdo del Senado».
En otro tramo de la audiencia, el candidato definió que «los jueces de la Corte no pueden pretender que el diseño del país se asemeje a sus propias convicciones» y que «si quieren eso, tienen que hacer política».
Sobre el mismo tema, sostuvo que «los problemas nacionales se resuelven con la política, no con la judicatura» y luego, ante una pregunta que le hizo Virginia García (PJ-FPV), agregó que si hay «conflictos políticos que violan o infringen derechos constitucionales, la Justicia sí debe intervenir, pero cuando eso no ocurra, no debe hacerlo».
El tema del cupo femenino volvió a estar presente en la audiencia, que contó nuevamente con un público integrado mayoritariamente por mujeres que impulsan la consigna «Mujeres en la Corte», y al respecto Rosenkrantz sostuvo que el reclamo debería dirigirse al Poder Ejecutivo pero que, de todas formas, su nominación «no fue sustitutiva de una mujer».
Tras destacar su trabajo como abogado de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) en 1992, el postulante realizó una extensa exposición sobre la situación de género en la Argentina y resaltó su preocupación sobre la violencia contra las mujeres.
«Uno podía pensar que la situación de la mujer en el país era producto de condiciones estructurales, pero el fenómeno estructural no puede explicar la violencia», afirmó Rosenkrantz y agregó: «En los últimos estudios que leí de la provincia de Buenos Aires, el 10 por ciento son delitos de género y entre esos, el 70 son cometidos por familiares».
Una de las preguntas clave tuvo que ver con que su estudio de abogados representó a diversos conglomerados empresariales, entre ellos el Grupo Clarín, el postulante señaló que si llegara a asumir en la Corte se excusaría ante posibles litigios de esas empresas.
Al ser consultado por Liliana Negre de Alonso (Peronismo Federal) sobre si estaba dispuesto a pagar impuesto a las ganancias, el jurista sostuvo que «no hay ninguna razón para que los jueces se exceptúen» y se comprometió a «pagar los impuestos y a militar para que el Poder Judicial pague estos impuestos».