Rserva de los selk´nam

Reclamo histórico: Temen que habrá otro invierno sin energía eléctrica en la reserva de los selk´nam. Desde hace doce años, la comunidad Rafaela Ishton reclama la electrificación del sector más habitado de la reserva, sin que los gobiernos atiendan esta demanda. En 2018, la DPE atravesó sus tierras para abastecer la estación terrena satelital de la CONAE, dejando insatisfecho el pedido de los selk´nam.

En 2018 la DPE realizó el tendido de energía hasta la estación terrena de la CONAE pero dejó sin servicio a los selk´nam que viven en la reserva.

RÍO GRANDE.- Unas diez familias que viven en el sector más poblado de la reserva selk´nam, ubicada en Tolhuin, expresaron su preocupación por el alto costo que demanda el uso de generadores para abastecerse de energía en la zona rural y la falta de atención de las autoridades a su demanda de electrificar esa zona.
Por estos días, las familias necesitan entre 400 y 500 pesos diarios para comprar los 10 litros de combustible que requieren los generadores para poder contar con energía eléctrica durante 8 horas.
En 2008, la Comunidad indígena Rafaela Ishton presentó un proyecto para la electrificación de la reserva que demandaba la construcción de picadas, el tendido del cableado y la instalación de ejecución de una línea trifásica aérea de 13,2 KV; 7 estaciones transformadoras y redes de baja tensión con cable preensamblado para la alimentación final del servicio.
El tendido de media tensión tenía su origen en la ruta nacional 3 y con un recorrido de 9 kilómetros por la ruta 23 que lleva a la reserva. De esa línea considerada troncal, debían partir dos derivaciones a los usuarios que se encuentran distantes del camino principal. Una de esas derivaciones tiene 1500 metros y su ejecución fue considerada en parte como media tensión y en parte como baja tensión. Además estaban previstas dos derivaciones más de baja tensión con una longitud de 700 metros.
A pesar de haber sido aprobada oportunamente, esa obra nunca se concretó, sin embargo, en el año 2017, por un convenio que la provincia firmó con la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y con el Dr. José Luis Paños, propietario de la estancia “Don Matías”, se instaló en esa propiedad una estación terrena satelital que obligó a la DPE a llevar la energía eléctrica hasta la antena.
La estación terrena se encuentra ubicada a pocos metros de la Estancia La Pampa, sede de la comunidad selk’nam, donde viven los hijos de Rafaela Ishton, Amalia Gudiño, Carlos Arosteguichar y Armando Arosteguichar Ishton con sus hijos y nietos. A unos 7 km de La Pampa, también está ubicada la chacra de la familia Maldonado, donde también viven algunos de sus hijos y nietos y cerca de allí, se encuentran afincadas las familias Palma y Arias.
De hecho, la obra concretó los 9 kilómetros de cableado necesarios para llegar hasta la reserva selk´nam e incluso atravesó las tierras de la reserva para alimentar la antena, sin que se tomara en cuenta aquel viejo pedido de las familias que viven ahí en forma permanente.
Mientras se construía la obra, los hijos de Rafaela Ishton, reclamaron ante la DPE por no haber pedido autorización para realizar el tendido que atravesó la reserva para alimentar la antena de la CONAE y tampoco pagar el canon de uso y a pesar de los reclamos, aún no pudieron lograr que les instalen el servicio estando a 300 metros del tendido eléctrico.
Hoy, a pesar de la cuarentena, algunos integrantes de la comunidad selk´nam están obligados como siempre a viajar casi todos los días a Tolhuin para comprar combustible para tener luz y este gasto les insume unos 30.000 pesos mensuales. Otros, se arreglan como pueden y ponen en marcha el generador tres o cuatro horas por día para cargar los celulares, ver un poco de televisión y cocinar a la noche.
Ello, sin contar que también en la reserva hay pacientes de riesgo y chicos que pueden requerir atención sanitaria. “Tenemos contacto con Defensa Civil a través de un equipo de radio; pero sin energía eléctrica, también quedamos incomunicados”, afirmaron.