El director de Clínica San Jorge de Ushuaia expuso ayer ante el Senado de la Nación su visión sobre el proyecto de ley de legalización del aborto, que ya cuenta con media sanción de Diputados. Actualmente, el proyecto de ley prohíbe la objeción de conciencia institucional e incluso contempla penalidades para los institutos que se nieguen a realizar un aborto.
RÍO GRANDE.- El doctor Carlos Sánchez Posleman, pidió en su exposición que se incorpore al proyecto la figura de la objeción de conciencia institucional, para que los institutos privados de salud tengan la libertad de abstenerse a realizar prácticas abortivas.
Actualmente, el proyecto de ley prohíbe la objeción de conciencia institucional e incluso contempla penalidades para los institutos que se nieguen a realizar un aborto.
«Si realmente se trata de una postura de Estado, debe ser abordada desde la esfera estatal, desde los hospitales públicos y en todo caso las clínicas privadas que estén dispuestas a hacerlo. Pero en el proyecto de ley que ahora se está tratando en el Senado, se comete un exceso al obligar y penalizar a aquellos institutos que no realicen abortos”, expresó el Director de Clínica San Jorge.
Durante su exposición, el médico señaló que «el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, aprobado con media sanción en Diputados y que se debatirá próximamente en el Senado, amerita ser tratado y analizado en profundidad, con la seriedad correspondiente, tal y como se esta desarrollando en este recinto».
Y continuó: Entiendo que el tema en discusión es complejo, por todas las variables que lo atraviesan, y comprendo los desafíos que tiene nuestro país en las diversas materias de salud. Lamentablemente son muchas las carencias, y escasos los recursos, y por lo menos en nuestra querida Provincia Austral, tenemos claro que cualquier esfuerzo en este sentido es bienvenido».
Sin embargo, afirmó que «he escuchado mencionar sobre la necesidad imperiosa de aprobar rápidamente esta Ley; sobre esto último, puedo decir desde mi lugar de médico que no hay nada más eficaz para un tratamiento que un diagnóstico correcto y rápido. Pero si por dar un diagnóstico rápido, lo doy mal o de modo incompleto, produciré un daño mayor».
En el caso de esta Ley dijo que sucede lo mismo: «De su aprobación debe resultar una perfecta aplicación, una Ley acabada y ejemplar; de lo contrario, se puede producir en la sociedad y las Instituciones Médicas un daño irreparable».
«Independientemente de la posición personal que podamos tener sobre el tema, es poco serio como práctica normativa que pasemos de una situación actual –penar a un médico por realizar un aborto- a penarlo por no realizarlo. Creo que al respecto hay cierto consenso ya establecido. Se les está quitando a los médicos y a las Instituciones de Salud Privadas la posibilidad de elegir libremente, coaccionándonos bajo amenaza de sanciones de distinta índole, a realizar estas prácticas. Es decir, ahora se perseguirá al Profesional Médico, al Director Médico, y a la Institución», añadió.
Y agregó que «las sanciones que podríamos sufrir los médicos son injustas y arbitrarias. Pienso en el médico que por alguna razón no logre cumplir el plazo sin justificación alguna de solo 5 días; o en el Director Médico, que tendría la ardua responsabilidad de la dirección y provisión de los medios, debiendo aseverar el seguimiento y derivación del paciente a un segundo Centro de Salud; o las penalidades que recaerán sobre la Institución, que por ser considerada “un ámbito de cuatro paredes”, no podrá objetar manifestando un ideario colectivo».
En relación a esto último, entendió que «esta norma que desconoce la posibilidad de objeción de conciencia institucional me obligará, como cabeza de la Institución a la que represento, a tomar decisiones y acciones sin contemplar mis convicciones éticas o religiosas, ni la voluntad del grupo humano del que se compone. La objeción de conciencia institucional en orden a la práctica médica, debería tenerse en cuenta porque el embarazo no es una patología, es un estado de salud, y su interrupción va más allá de los actos médicos contemplados en el ejercicio de la medicina que se desarrollan dentro del Sanatorio».
«Queremos, como equipo de personas que participa aunque sea de modo indirecto en cualquier práctica que ocurre dentro de la Institución, tener al menos la posibilidad de objetar en conjunto», sumó.