BUENOS AIRES (NA).- Integrantes de la delegación presidencial no ocultaron su satisfacción tras el encuentro de una hora en el estudio del Aula Paulo VI del Vaticano. “Larga charla”, se preocupó por destacar Macri en contraposición con los 22 minutos de la primera reunión. Las fotos de la familia con la pequeña Antonia delante del Pontífice ayudaron a exhibir afecto.
Los visitantes dijeron que esa es la relación que unió siempre a Macri y Bergoglio pero en verdad había ansiedad en la antesala al nuevo encuentro. Al cabo recibieron con alivio la confirmación visual de que no hay tensiones o que ya no están en superficie.
Ese extremo cuidado por los gestos y las interpretaciones hizo que se tomaran mayores recaudos con la prensa que en anteriores visitas presidenciales al Papa. No hubo acceso para fotógrafos y el propio Macri se trasladó para dar una conferencia, seguramente para revisar los términos de sus declaraciones.
Desde hace varios meses, cuando quedó confirmado que Macri tendría su revancha con el Papa gracias a la canonización del cura Brochero, primer santo ciento por ciento argentino, los preparativos oficiales fueron realizados con pulso de cirujano.
El diario vaticano L’Osservatore romano fue el encargado de tomar y distribuir las fotos. Pero solo publicó una de la familia y el anfitrión sonrientes. Luego Presidencia distribuyó un video y otra imagen con el mismo mensaje visual.
En el Vaticano precisaron que se trató de un encuentro de carácter “privado” y no oficial. En este último caso, que requiere una reunión también con el Secretario de Estado, la Santa Sede distribuye un comunicado y fotos.
De todos modos, pareció una decisión papal para recortar reacciones ampulosas. Sigue habiendo diferencias con aquellas fotos de complicidad con Cristina Kirchner.
Los responsables argentinos de la publicación dijeron inicialmente que iban a difundir una galería y que la demora inicial se debió a que los fotógrafos oficiales fueron a cubrir otro encuentro del Papa con jubilados. Pero después comunicaron que esa sería la única imagen vaticana de la reunión.
Está claro que el nuevo punto de partida sirve más a Macri que a Bergoglio, pero el Presidente también tuvo gestos hacia el pontífice al reconocerlo como “un líder moral”.
Se sabe que Macri desde hace ya varios años recurrió a una espiritualidad alternativa para afrontar la rudeza del poder.
Yoga, reiki, meditación, budismo, armonizadora y Ravi Shankar son algunas de las palabras que conforman su glosario espiritual.
“Quería saber sus opiniones. Siempre ha sido una guía moral para mí. Eso la hizo más larga. Fue muy útil”, concedió ahora el Presidente en la conferencia de prensa brindada en la Embajada de la Argentina ante la Santa Sede.
Expectativas y realidades
Antes de partir hacia el Vaticano, el Gobierno desbarató el paro de la CGT con el anuncio de bonos para jubilados y desocupados y una exención limitada del impuesto a las ganancias.
También convocó a una mesa de diálogo tripartita para discutir, en primera instancia, una recomposición para trabajadores del sector privado, pero con una agenda de reformas detrás.
Cerca de Macri dicen que la Iglesia fue clave para que el movimiento obrero desactivara el paro y tomara parte de la mesa del “Encuentro para la producción y el trabajo”.
Macri también había pasado por el Coloquio de Idea en Mar del Plata. Allí volvió a recibir un espaldarazo discursivo del establishment, pero reclamó mayor a sus interlocutores compromiso para apuntalar su plan económico.
Pese a que la inflación volvió a mostrar un número acorde con las expectativas del Gobierno (1,1% en septiembre, pero sin la aplicación plena de los reajustes tarifarios) la marcha de la economía sigue en deuda a la espera de tiempos mejores.
Casi 120 mil empleos del sector privado registrado se perdieron en el primer semestre del año, más de 6 mil compañías cerraron sus puertas y los salarios tuvieron una caída en el poder adquisitivo de casi 10 puntos porcentuales, según datos oficiales del Indec basados en las cifras del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).