Este miércoles se cumplen 26 años del asesinato de José Luis Cabezas. En todo el país hubo actos y ceremonias recordatorias. En Pinamar, lugar donde fue asesinado el fotógrafo de la Revista Noticias, se realizó una misa y una oración interreligiosa.
BUENOS AIRES.- Este miércoles se cumplen 26 años del asesinato de José Luis Cabezas y habrá actos en diversos puntos del país para homenajear al fotógrafo. Sus familiares, amigos y colegas realizarán dos actividades centrales en la localidad costera de Pinamar, donde fue cometido el crimen.
Gladys Cabezas, hermana de José Luis, confirmó que el acto de Pinamar fue convocado en el monolito frente a la terminal de micros, sobre la avenida Bunge, en el ingreso a esa ciudad balnearia, y que ella leerá allí una carta que escribió al fotógrafo. Se espera que allí participen amigos, allegados y colegas del hombre asesinado en 1997.
A las 19:00, la familia de Cabezas se trasladó a la cava ubicada en el kilómetro 385 de la ruta provincial 11, a la altura de General Madariaga, donde fue hallado el cuerpo calcinado del reportero gráfico dentro de un vehículo Ford Fiesta.
Allí, se plantaron cinco árboles cedidos por el municipio “para dar vida al lugar”, según expresó la hermana de Cabezas, quien contó que cada vez que va encuentra cartas, flores y rosarios que le dejan a José Luis.
Además, en la cava, se llevó adelante una oración interreligiosa de la que participarán los mismos oradores que la semana pasada acompañaron a los familiares de Fernando Báez Sosa, en Dolores, en ocasión del tercer aniversario del crimen.
“El propósito es rezar por él, por sus familiares, pero a su vez es un gesto simbólico de que todas esas religiones en Argentina se comprometen con la paz, con el respeto hacia la vida del otro y para repudiar toda forma de violencia. Queremos también manifestar la vida de cada ser humano y la solidaridad con su familia y todos los periodistas que ejerzan su derecho a trabajar libremente”, explicó Imam Marwan Gill, presidente de la Comunidad Musulmana Ahmadía en Argentina, uno de los oradores de la ceremonia que también contará con un representante de la Iglesia católica, uno del judaísmo y uno de cultos evangélicos.
Argra
Por su parte, la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina (Argra), junto con la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren), y el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), realizaron un acto en la mañana en la sede ubicada en Venezuela 1433, en San Cristóbal.
También se descubrió una placa en la localidad de El Bolsón, en la provincia de Río Negro, entre otros actos. De cara a este nuevo aniversario del asesinato, por el que fueron enjuiciados y condenados ocho personas en un primer debate y una novena en un segundo, Gladys Cabezas criticó a la Justicia y aseguró que existe “un sistema perverso manejado por seres humanos”.
“Hay una justicia escrita que está bien, pero los que la interpretan lo hacen mal”, añadió la mujer al cuestionar que todos los asesinos de su hermano ya quedaron en libertad.
Un juicio que fue histórico
El primer juicio por el crimen de Cabezas se realizó en enero de 2000 en la misma sala de audiencias donde ahora, 23 años después, se lleva adelante el de los rugbiers acusados de matar a golpes a Báez Sosa.
La entonces fiscal de juicio, Castro -actual presidenta del Tribunal Oral Criminal 1 que interviene en el caso Báez Sosa-, fue quien integró el equipo de acusadores que pidió la reclusión perpetua para el policía Gustavo Prellezo como coautor del delito de “homicidio doblemente calificado por ser ejecutado con alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas, en concurso ideal con privación ilegítima de la libertad agravada por el uso de violencia”.
También pidió la misma pena para Gustavo Ríos, custodio de Alfredo Yabrán, para los policías Aníbal Luna y Sergio Camaratta y para los “Horneros” Horacio Anselmo Braga, Sergio Gustavo González, Miguel Retana y José Luis Auge; los últimos defendidos por Fernando Burlando.
En aquel primer juicio por el caso Cabezas, el alegato de la defensa puso el foco en lo que denominaron la “indivisibilidad de la confesión”, ya que los abogados Burlando y Juan Martín Cerolini entendieron que las confesiones de los “Horneros” debían ser valoradas en su totalidad, no solo en lo que fuera útil a la acusación.
Tras las ocho condenas a perpetua dictadas en el primer juicio por el crimen de Cabezas, el Tribunal de Casación bonaerense redujo en 2003 las penas impuestas en base a la denominada la ley del “2×1” entonces vigente, que computaba doble el tiempo en prisión que habían pasado los acusados previo a ser sentenciados.
Fue así que los “Horneros”, con excepción de Retana que murió en la cárcel, fueron beneficiados con morigeraciones de la prisión.
En 2007, Braga y Auge violaron las condiciones de prisión domiciliaria y por orden de la Justicia volvieron a ser detenidos, aunque tiempo después volvieron a ser excarcelados.
A su vez, en un segundo juicio por el caso, realizado en 2002, fue condenado a reclusión perpetua el comisario de Pinamar Alberto “La Liebre” Gómez por liberar la zona para que se pueda consumar el crimen del reportero gráfico.