La historia de una chica desprotegida, totalmente abandonada a su suerte, que llega al trabajo en una fábrica en el sur argentino, es el eje de la opera prima de Micaela González con Mora Arenillas, que se estrena este jueves.
La historia de una chica desvalida, totalmente abandonada a su suerte, que llega al mundo del trabajo en una fábrica en el sur argentino, es el eje de “La chica nueva”, la opera prima de Micaela González protagonizada por Mora Arenillas, que se estrena comercialmente este jueves.
La película sigue a Jimena (Arenillas), una joven fuera del sistema que como último recurso viaja a la ciudad de Río Grande en Tierra del Fuego, en búsqueda de Mariano (Rafael Federman), un medio hermano que le consigue trabajo en una fábrica que ensambla teléfonos celulares, un lugar que aún con la inestabilidad que define de manera feroz las reglas del mercado en el presente, también es un lugar de contención para la protagonista.
“Yo vengo de una familia de clase trabajadora. La mayoría de las personas pasamos más tiempo en el trabajo que en cualquier otro ámbito, por eso me interesan los vínculos que surgen allí”. explicó la directora a Télam.
“La chica nueva” entonces explora las relaciones que se dan en ese complejo fabril pero sobre todo, confronta la soledad y las estrategias de supervivencia a las que debe recurrir el personaje interpretado de manera precisa por Mora Arenillas.
“Basta correrse un poquito de eje para darse cuenta que estar adentro del sistema es difícil y son cada vez más los que se caen. Para peor, terminamos agradeciendo ser parte de la rueda. El mundo laboral me interesa, la desocupación me preocupa.”Micaela González
“Me interesa cómo se juega la propia individualidad en el trabajo y el esfuerzo que hacemos por pertenecer a este mundo”, completa la realizadora.