La herramienta tecnológica determinó qué personas sufren en mayor cantidad durante las relaciones de acuerdo al día de nacimiento. ¡No te lo pierdas!
La inteligencia artificial es un elemento muy utilizado para hacer diferentes preguntas difíciles de contestar o crear imágenes y en esta oportunidad, se le pidió a la herramienta que determinara cuál es el signo del zodíaco más celoso.
Gemini, el bot conversacional de inteligencia artificial desarrollado por Google que está actualizado con información diaria, determinó cuál es el signo que sufre de más celos a la hora de una relación.
Este es el signo del zodíaco mas celoso de todos
Gemini, la IA de Google, mencionó que se trata de Escorpio, teniendo en cuenta su forma de ser.
La intensidad emocional es una de las características por las que se considera a los escorpianos como más celosos que el resto. Sienten sus emociones de manera profunda y apasionada.
A su vez, la posesividad tiene que ver también ya que muchas veces quieren “controlar” a quienes aman y esto puede llevarlos a ser demasiado posesivos en sus relaciones. Las personas de Escorpio también tienen a ser desconfiadas por naturaleza, lo que puede generar inseguridad frente a su pareja.
Sin embargo, la tecnología consideró importante remarcar que “no todos los escorpianos son iguales” y agregó a otros tres signos como celosos: Tauro, Cáncer y Leo.
El consejo para controlar los celos
Para controlar los celos, se recomienda seguir estos consejos:
Confiar en el otro: si está conmigo, es porque así elige vivir el presente de la relación.
Confiar en el vínculo: la fuerza de una relación reside en la sumatoria de pequeños momentos valiosos compartidos con la otra persona. Esas experiencias son únicas e irrepetibles.
Prestar atención al criterio de realidad que lo suele dar el mejor consejero: el sentido común propio es objetivo, no exagera ni minimiza porque escapa del ego.
Desromantizar el mito “somos uno”: los vínculos asfixiantes y simbióticos provocan ahogo y no permiten respirar. Darse mutuamente espacios libres para reoxigenarse con otros y volver a juntarse cada vez más plenos.
Buscar el propio eje: retomar la propia vida más allá del otro (mis gustos, mis intereses, mis amigos, etcétera). No perderse ni abandonarse en el otro ni dar el 100% si eso implica quedarse vacío.
Evitar el constante seguimiento en las redes: del mismo modo que cuando se hace dieta no se dejan al alcance de la heladera los dulces para no tentarse, hay que evitar tener al alcance de la vista todo lo que el otro postea.
El problema es cuando no podemos elegir: cuando estar solos no es una opción, entonces me cuelgo del cuello de otro. Se genera la dependencia emocional tan dañina para uno mismo como para el vínculo.
Hablar con un interlocutor válido de escucha respetuosa y confiable. Cuando las voces en soledad aumentan exponencialmente su volumen, las terceras miradas nos ayudan a destrabarnos y a salir de la prisión de la mente. Una buena terapia siempre ayuda a recuperar el propio eje, a recobrar la autoestima, la revalorización propia y el prestarse atención hacia el adentro.