Hijo de un histórico hombre del peronismo, Sergio Omar Barrientos decidió recibir este 2021 desde el lugar que lo vio nacer y desarrollarse hasta que la vida lo llevó a formar una familia en Mendoza, donde sigue los pasos de su padre, incursionando en la política.
RIO GRANDE.- En estos primeros días del año de su centenario, la ciudad tiene recorriendo entre sus calles a Sergio Omar Barrientos, para los amigos Teto. Se trata del único hijo varón de un hombre histórico del Partido Justicialista: Sergio Barrientos, quien fue el primer Presidente que tuvo el Concejo Deliberante con el retorno de la democracia, en el año 1983, quien luego se desempeñó como Secretario de Finanzas de la Municipalidad, cuando al frente se encontraba el intendente Esteban Chiquito Martínez.
De una austeridad única, Barrientitos como lo solían llamar quienes frecuentaban con él las reuniones políticas, encaminó lo que es hoy la columna vertebral en la administración de los fondos públicos, originados por el aporte de los contribuyentes. Administró cada peso como si fuera suyo y no dejaba que ningún detalle se le escape.
Sobre su visita a nuestra ciudad, Teto le contó a El Sureño que “decidí junto a mi familia recibir el 2021, tan significativo, desde aquí. Aún queda como vecina de mi querida ciudad mi hermana Fabiana y junto a Mónica, mi otra hermana, que también vive en Mendoza, celebramos todos juntos el Año Nuevo. Luego me tomé varias jornadas para ponerme al día con viejas amistades y personas que querían mucho a mi viejo”.
Antes de ésta, la última visita a Río Grande “fue cuando junto a mis compañeros de la secundaria, que hice en el Colegio Don Bosco, celebramos los 25 años de egresados. Esto fue en el 2011, precisamente hace casi diez años. En esa oportunidad igual que ahora, me acompañan Sandra, mi esposa y mis hijos Ariadna, Micaela y Ezequiel”.
El hijo de Barrientitos no deja de asombrarse con el importante crecimiento que ha tenido la ciudad. “Cuando me fui, allá por el año 1987, apenas en la Margen Sur estaba el barrio Austral y ahora me cuentan de la cantidad de nuevos barrios que se han conformado, como también la expansión que existe en la margen norte. Realmente Río Grande es una ciudad elegida por muchos”.
Siguiendo los pasos
Sergio Barrientos se fue de Río Grande definitivamente en 1990, cuando su padres decidieron radicarse en la ciudad de Mendoza. Por cuestiones de salud, una vez que Barrientitos se jubiló decidieron la mudanza. Ya instalados Teto comenzó la carrera de Contador Público Nacional. “Para orgullo de mi viejo me pude recibir cuando él aún estaba en vida”, recuerda.
En la actualidad desempeña la profesión de contador, pero nunca dejó de tener esa sed de abrazar la política y siguiendo los pasos de su viejo fue nombrado hace muy poco tiempo como contador General de la Municipalidad de La Paz, una ciudad distante a unos 150 kilómetros de Mendoza Capital, donde viaja a diario.
“La política siempre me gustó. Lo comencé a vivir de muy pequeño y me hice peronista por mi viejo. Recuerdo que fue uno de los históricos de Río Grande que le hacía frente a la dictadura y en forma clandestina hacían reuniones para discutir sobre la realidad del país. Una vez los militares aparecieron en casa y se llevaron a mi padre que por esos días era Director de Rentas de la Municipalidad. Por suerte lo dejaron con vida”, dijo Teto.
A pocas horas de tener que emprender el regreso a Mendoza, la ciudad donde eligió formar su familia, Teto sigue recorriendo las calles de Río Grande que el 11 de julio cumple 100 años. “Siempre queda en mi memoria este pueblo, como le dicen los viejos pobladores. Me voy con un pedazo de mi corazón latiendo en estas calles”.