La causa se maneja bajo estricto hermetismo pero trascendió el motivo por el que uno de los hermanos Calderón habría asesinado de un balazo a Sergio Quiróz, quien se presentó en el lugar con una campera que había sustraído la noche anterior de un comercio céntrico. Ese habría sido el motivo de la discusión, y el fiscal solo reconoció que la prueba testimonial e indicios ya habrían permitido determinar al autor del disparo.
RIO GRANDE.- El fiscal de la causa por la que están detenidos los hermanos Gerardo Antonio y Roberto Raúl Calderón brindó las primeras declaraciones en torno al hecho que se maneja bajo estricto hermetismo.
El doctor Tepedino señaló que “se puede decir que la investigación está muy avanzada y esclarecido en gran punto el hecho”, aseguró en torno a las detenciones y numerosos allanamientos realizados.
“En la causa principal se siguen haciendo medidas de prueba ordenadas por el juez. El arma homicida no fue hallada y sí tenemos bastantes indicios. Hay indicios que marcan quién fue el autor del hecho”, dijo y en ese sentido que, “tenemos bastante prueba testimonial recopilada y hay un testigo presencial”.
Sobre las pericias a realizar, finalmente el fiscal dijo que, “las muestras ya fueron obtenidas y falta analizarlas, además de la pericia balística que determine el calibre del arma utilizada, y de ello determinar si guarda relación con alguna de las armas secuestradas en el marco de la causa”, finalizó Tepedino.
Intentó vender la campera robada
Sobre lo sucedido, Tepedino se escudó en el secreto de sumario y solo expresó “tenemos una hipótesis en lo que pasó en los minutos previos a que tenga ocurrencia lo sucedido”, dijo sin adelantar una hipótesis investigativa que guarda relación con un último hecho delictivo que se imputaba a la víctima, quien tenía un frondoso prontuario.
Precisamente Quiróz había salido en libertad la semana pasada después de que se le aplicara una condena que quedó en suspenso y por la que salió libre tras un año de detención.
Una de las primeras acciones de este sujeto fue ir a un local céntrico, donde se llevó una campera de 7 mil pesos del probador, la cual portaba al momento de ser asesinado.
Precisamente esa campera fue llevada por la víctima al departamento de Goytilsolo 592, para ser vendida a los hermanos Calderón, situación que generó una fuerte discusión con uno de los dos detenidos.
La conflictividad se mantuvo en el exterior del edificio, hasta donde bajó uno de los imputados –se presume que Roberto Calderón-, quien le habría disparado a Quiróz en la cabeza.
Ahora la Justicia deberá respaldar esta hipótesis con el marco probatorio que exige la rigurosidad del proceso que lleva adelante el juez Andrés Leonelli.