USHUAIA.- La suspensión cayó como un balde de agua fría para todas las actividades deportivas, que han perdido valiosas semanas de juego y no tienen certezas de cuándo volverán a las canchas. El rugby no le escapa a la situación y analiza opciones para una futura reanudación.
Fue el peor momento para frenar el rugby. Las inferiores apenas habían jugado un puñado de fechas, pero también porque en Primera División, los campeonatos habían iniciado con muchísimo atractivo.
Tras una primera ronda sumamente pareja, donde se habían ganado entre todos, la segunda parte auguraba cosas sumamente positivas. En la Zona Campeonato, no quedaban invictos y los cinco equipos todavía estaban con chances de playoffs, por lo que las cinco fechas restantes iban a ser determinantes con choques para alquilar balcones.
La situación es aún más dura para los torneos donde se apuesta al crecimiento de los clubes y jugadores, hablamos de la Zona Desarrollo de la Primera División Masculina, la Primera División Femenina y las categorías juveniles competitivas de Menores de 18 y Menores de 16 de la Unión de Rugby de Tierra del Fuego.
Éstos últimos, además, han visto cancelada su representación nacional. Es que la Selección Juvenil de Menores de 17 debía jugar en los próximos días el Argentino Select 12 en Córdoba, evento que por supuesto ha sido suspendido hasta nuevo aviso.
El panorama en el ámbito local no es bueno. Cumplida la suspensión inicial de 15 días que había puesto la Unión de Rugby de Tierra del Fuego, está más que claro que la situación no ha cambiado. Tras una reunión por videoconferencia, desde la máxima entidad provincial reafirmaron lo que era una realidad: el rugby no volverá, al menos no a corto plazo.
Con la misma incertidumbre que el resto del mundo, la URTF mantiene contacto constante con las máximas autoridades de la Unión Argentina de Rugby, no sólo para evaluar cuando sería posible una potencial vuelta a la actividad, sino también para idear actividades con la intención de que los jugadores se mantengan activos dentro de las limitaciones que tiene el aislamiento social por el COVID-19.
A las diversas charlas, con frecuencias que oscilan entre dos y tres veces a la semana y las cuales son brindadas por la UAR a través de su Instagram oficial, se le suman trabajos que planean los clubes locales junto con Bruno Fiabane, el nuevo Oficial Provincial de Desarrollo, a modo de solución.
El principal foco está puesto en las categorías inferiores debido a que si ya en un principio es difícil mantener a los chicos en la actividad por el limitado calendario durante el año -el rugby sólo se puede jugar entre febrero y principios de mayo, y de septiembre a diciembre por las condiciones climáticas-, ésta suspensión actual cuando recién comenzaba la temporada podría ser un golpe muy duro para la disciplina, que en el ámbito local siempre pena por el armado de una base estable de jugadores frente a deportes bajo techo que cuentan con actividad todo el año.
Lo que queda claro es que se vienen meses duros para el rugby, que seguramente no volverá a tener competencia hasta el segundo semestre del año y baraja, ante la falta de certezas, si se continuará el actual Torneo Apertura o si definitivamente quedará suspendido y comenzará uno nuevo.
Tiempo de coronavirus, tiempo de barajar y dar de nuevo…