USHUAIA.- Bajo un imponente marco, el elenco principal de Mendoza se impuso sin atenuantes en la final del Campeonato Argentino de Selecciones Mayores «A» por 4-1 y esfumó las posibilidades de Ushuaia de coronarse por primera vez en la historia del certamen más importante a nivel seleccionados que posee la Confederación Argentina de Fútbol de Salón (CAFS).
Justamente, una década pasó tras la última final disputada en suelo fueguino, que había tenido como uno de los grandes protagonistas al conjunto ushuaiense, que venía de caer por 2 a 1 en 2016 ante Mendoza, y no pudo alcanzar la revancha deportiva en el «Fin del Mundo», tras una larga semana de competición disputada en el Microestadio José «Cochocho» Vargas, de la capital provincial -del 11 al 17 de junio-.
Los mendocinos arribaron al encuentro de desenlace con el rótulo de favoritos e hicieron pesar su chapa de candidatos ante los dueños de casa. 8 jugadores de selección argentina en el campo, sus baluartes más reconocidos a nivel internacional y la gira previa al torneo por Italia, fueron algunos de los factores determinantes que derivaron, a la postre, en una anticipada consagración.
La «Borravino» no pasó zozobra en pista, y en las pocas ocasiones que Ushuaia superó la barrera defensiva, que se trabajó con antelación; los integrantes del plantel ushuaiense se encontraron con un Federico Pérez -arquero de la Selección Argentina- en su mejor esplendor y con la sólida marca y enorme despliegue de Marcelo Mescolatti, quien fue galardonado como el mejor jugador del torneo.
Precisamente, fue Mescolatti el que cortó un balón en la media cancha y adelantó a su equipo con un tremendo contragolpe en el marcador, tras una excelente habilitación de Gastón Alto que asistió al «Chelo» para la apertura del marcador. Ushuaia buscó y buscó al término de la primera etapa quebrar la valla de Pérez sin obtener el cometido deseado. Y así, con el resultado 1-0, se marcharon al entretiempo.
En la segunda mitad, Mendoza pegó por duplicado al comenzar el complemento. Fue como el golpe de knock out para los locales. Antes del minuto, Mescolatti volvió a inscribir su nombre en el tanteador y aventajó por dos goles de diferencia a su equipo. Ahí sí, el momento fue tomado como un auténtico mazazo para los ushuaienses, que lejos de esbozar una reacción acusaron la sorpresa y arribó el 3-0.
Por intermedio de la magistral habilidad de Gonzalo Pires, que empezó a esquivar rivales y quedó solo mano a mano frente al arquero Javier Ortega, lejos de ponerse nervioso al enfrentar el portero le cedió el balón a Martín Cusa, que con todo el arco a su merced acarició la pelota y la mandó al fondo de la red. Las casi 1200 personas que colmaron el Microestadio, no comprendían cómo en 5 minutos, Mendoza había sacado semejante brecha.
El descuento del anfitrión no se hizo esperar demasiado. El efectivo ingreso de Hugo Muñoz, para desnivelar en el uno contra uno, para juntarse además con el «Chelo» Sánchez, que nunca dejó de correr y meter, y con Walter Hidalgo tirado decisivamente de pivot; dieron sus frutos. Federico Martirena, de gran actitud, puso el 3-1, que le dio vida, oxígeno y esperanzas a los fueguinos.
Las 1200 almas sintieron que se podía, el aliento se tornó ensordecedor. Fueron el sexto hombre que Ushuaia necesitaba para ir por la hazaña. Lo cierto, que jamás sucedió. Porque tuvo tres situaciones nítidas de gol que, una tras otra, fueron abortadas por el gran arquero Pérez, que mostró su mejor repertorio en la final.
Lanzado claramente en posición ofensiva con el afán de achicar la diferencia, Ushuaia se descompensó una vez más atrás. Y por medio de una contra con las famosas tres calles abiertas, ya con la quinta falta marcada, y a escasos instantes del cierre del partido. El «Mono» Hidalgo bajó a su rival y le dio la oportunidad de ir a ganarse el último grito a través del tiro de castigo. Y así fue. Jonathan Gallegos, que estaba en el banco de suplentes, ingresó para tomar el balón y con un puntazo seco convirtió el lapidario 4-1 final.
Ushuaia debió conformarse con ser, una vez más, el subcampeón argentino; que no es poca cosa. A la final arribaron las dos mejores escuadras del territorio nacional. No obstante, en la radiografía personal; en el plantel por plantel, los dos jugadores por puesto en la Borravino; la gran nómina de jugadores en el plano internacional (Pires, López y Grasso, jugando en Italia; junto a Mescolatti que estuvo en Colombia) más una excelente preparación previa, fueron mucho para el resto.
Mendoza fue el único equipo que concluyó de forma invicta el 40° Campeonato Argentino de Selecciones. Jugó de menor a mayor; como calentando motores y luciendo su mejor andar colectivo, nada más y nada menos, en la ansiada final. Los mayores argumentos, jerarquía individual en pos del proyecto colectivo, siempre supo a qué debía jugar en cada uno de los compromisos de la empresa nacional y tuvo el carácter y el temperamento para plasmarlo dentro de la pista.
Undécimo título para el más ganador de la historia de este torneo, que se consagró por tercera vez en forma consecutiva y en la línea de tiempo, para los historiadores, quedará, además, como el primer ganador de la «Copa Malvinas Argentina», que fue otorgada por el Gobierno de Tierra del Fuego para la ocasión. Salud campeón; mejor dicho, salud «Tricampeón».
Los galardones finales
Entre las distinciones brindadas, el mejor valor del torneo fue Marcelo Mescolatti del seleccionado campeón 2017; el goleador fue Bruno Humada, de Posadas, con seis gritos; mientras que la valla menos vencida fue para la “Borravino” con Federico Pérez como máximo artífice.
Por último, la Metropolitana conservó el mismo puesto que el año pasado. Terminó tercera en las colocaciones finales al vencer por 4-1 a Posadas. Y así pues, el podio 2016, también se repitió en 2017: Mendoza (1°), Ushuaia (2°) y Metropolitana (3°).
Por su parte, Comodoro Rivadavia, con el interminable Pelé Núñez en cancha, mantuvo la categoría tras derrotar 9-6 a Paraná en el partido de repechaje. De esta forma, los entrerrianos descendieron junto a Trelew.