Cómo sobrellevar la ansiedad de fin de año

Los compromisos laborales, sociales y hasta las reuniones familiares pueden ser factores estresantes en esta época del año.

El próximo domingo termina el año y en general pensamos en lo que quedó pendiente, lo que se quiere o no, para el nuevo año. A esto se suman a los eventos familiares, sociales, laborales. Agendas apretadas, fechas límite, planificación de vacaciones pueden dar paso a los primeros síntomas de ansiedad y estrés. ¿Cómo lo evitamos?

RIO GRANDE.- Durante esta época del año, es casi inevitable realizar un balance mental sobre como transcurrió el 2017: fortalezas y debilidades que atravesamos durante los 365 días. Esto puede acentuar la presión por todo lo que sentimos que debemos que hacer antes -y después- de que cambie el calendario.

Hebe Perrone, directora de la carrera de Psicología de la Fundación Barceló, aclaró: “la ansiedad, es un estado mental, no necesariamente una patología, que, en ciertas circunstancias, puede transformarse en una modalidad con aspectos disfuncionales”.

Perrone además, dijo que los síntomas más comunes son temor, impaciencia, preocupación, inseguridad, tensión y desconfianza, aunque en la actualidad ansiedad y angustia, para muchas teorías son sinónimos.

“El individuo presenta y padece sus síntomas. El bloqueo emocional que genera la ansiedad impide el reconocimiento, de los factores que producen estrés. El miedo al cambio es uno de los factores más usuales que se consideran como estresores o causantes de ansiedad porque interfieren con nuestro orden diario, alteran nuestra rutina y nos sacan de la zona de confort”, recalcó la licenciada.

LA psicóloga reconoció que las costumbres de celebrar Navidad, Año Nuevo y reuniones de fin de año son muy importantes para mantener nuestros vínculos sociales activos aunque la presión por participar de todos los eventos y organizarse bien, puede generar ansiedad. A esto se suman los conflictos familiares habituales en este período, la culminación de un nuevo año y la presión de todo lo que no pudimos realizar, o aquello que perdimos, siempre está presente. El concepto de la etapa que finaliza, y el paso del tiempo, nos hace percibir lo que se va y eso es un mero causante de nervios.

Perrone sostuvo: “una vez establecidas cuáles son las problemáticas y sus causas, es posible avanzar hacia la solución. Dentro de un proceso no patológico de ansiedad, la persona cuenta con recursos que le permiten organizarse y enfrentar las situaciones temidas o movilizantes”.

La licenciada recomendó tener en cuenta los siguientes recursos naturales:

Organización: “Para optimizar nuestra salud mental, es necesario mantenerse organizado. Para eso debemos llevar un plan escrito de todos los eventos y tareas a realizar, y atenerse a ese plan”.

Técnicas de relajación: Existen numerosas disciplinas que contribuyen a la relajación física y mental; “el yoga, la meditación, pueden ayudar. Sin embargo, lo recomendable es acudir a profesionales matriculados para estas actividades, y no descartar la psicoterapia, siempre y cuando necesitemos ayuda”.

Alimentación, ejercicio, descanso: “En la mayoría de los casos no comemos adecuadamente, ni nos ejercitamos como deberíamos o dormimos lo suficiente. Una dieta correcta, una rutina de ejercicios de al menos tres veces por semana y dormir entre 7 y 9 horas, mejora nuestra salud mental y aumenta el bienestar, permitiendo afrontar los problemas con mayor energía”.

Cuando todo lo anterior no sea suficiente, quizá se deba pensar en consultar con especialistas, que colaboran para lograr un mejor manejo de la angustia. Las técnicas, que se utilizan en este tipo de tratamientos, en general buscan como objetivo la autonomía cada vez mayor del sujeto, frente a los síntomas que lo limitan. En los trastornos de ansiedad son especialmente eficaces la psicoeducación, el monitoreo de síntomas y sus ensayos de solución y las técnicas que permiten la prevención de recaídas.