Ayer se realizó la segunda jornada de la audiencia oral y pública en la que se juzga al exjefe de la comisaría Quinta por presunto incumplimiento de deberes en relación a la falta de consigna en la vivienda de una víctima de violencia de género, la cual fue violada por su ex.
RIO GRANDE.- Tras la primera audiencia en la que el comisario Marcelo Guerrero declaró y aseguró no haber tenido personal policial suficiente para cumplir el servicio, así como no haber visto la orden judicial; las primeras testimoniales dejaron muy mal parada la versión de la defensa.
Entre los primeros testigos pasaron el jefe de la Policía comisario Oscar Moreyra, el jefe de la Unidad Regional Norte en ese momento, el comisario Daniel Moraga, y la jefa de ese entonces de la comisaría de Género y Familia, la comisario Paloschi.
El jefe policial señaló que la falta de personal es una situación común a la demanda de todas las comisarías y que el destino de más personal a la comisaría Quinta cuando fue desplazado Guerrero, coincidió con el egreso de una promoción de la Escuela de la Policía.
Más comprometido
Pero el testimonio mas comprometedor fue el de la comisario Paloschi de la comisaría de Género y Familia, la cual aseguró que en su comunicación telefónica con Guerrero, al solicitarle la consigna, le pidió dos veces que si tenía problema de disponibilidad de personal, solicitaba colaboración a Servicios Especiales.
Paloschi fue contundente al señalar que Guerrero no le manifestó problema alguno, y que luego de ello dio orden a su subalterno de que girara vía WhatsApp la orden judicial a la comisaría.
A consulta de la propia defensa de Guerrero, ejercida por el abogado Francisco “Paco” Giménez, fue que Paloschi dijo desconocer si Guerrero tomó conocimiento de la misma, pero que estimaba que sí en razón de que al estar en conocimiento de la dependencia el jefe debería saberlo.
El juicio continuará hoy con el testimonio de la víctima de este episodio, el cual se realizará a puertas cerradas, dado que se ventilará un caso de abuso sexual.