El proyecto busca dotar a la Armada Argentina de un buque de gran capacidad de transporte de cargas y combustibles que pueda navegar en aguas antárticas con presencia de hielo. La inversión supera los 1.670 millones de pesos.
BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino aprobó los fondos para que el astillero estatal Tandanor avance, junto a la consultora finlandesa Aker Arctic, en el diseño y la construcción de un nuevo buque polar que complemente al rompehielos “Almirante Irizar” en el abastecimiento de las trece bases antárticas argentinas.
Mediante la Decisión Administrativa 1269/2021, publicada este martes en el Boletín Oficial, se aprobó la contratación directa interadministrativa de Tandanor, en el contexto del convenio rubricado entre el astillero y el Ministerio el pasado 4 de noviembre, que prevé la construcción del buque polar.
La resolución, que lleva las firmas del jefe de Gabinete, Juan Manzur, y Taiana, asigna a este proyecto $63.525.000 pesos y 6.917.812 euros, lo que representa una inversión superior a los 1.670 millones de pesos.
El proyecto, que había comenzado en 2014 y fue suspendido durante el gobierno anterior, busca dotar a la Armada Argentina de un buque de gran capacidad de transporte de cargas y combustibles que pueda navegar en aguas antárticas con presencia de hielo y complementar al rompehielos “Almirante Irizar” que durante su reconstrucción y modernización en Tandanor fue concebido como un buque multipropósito, con nuevas capacidades científicas, que son la base del observatorio oceanográfico presentado la semana pasada.
El presidente de Tandanor, ingeniero Miguel Tudino, afirmó este martes en diálogo con Télam que “con Aker Arctic acordamos ahora la ejecución de la ingeniería básica que se va a realizar en forma conjunta, gran parte va a estar a cargo de la consultora finlandesa que es responsable del diseño de cerca del 85% de los buques polares que existen, pero vamos a trabajar en un equipo integrado con una oficina técnica propia de Tandanor que va a trabajar sobre los aspectos eléctricos y electrónicos del proyecto”.
“Estimamos que la ingeniería básica va a llevar unos catorce meses pero en simultáneo vamos a avanzar en la ingeniería de detalle pensando en que todo el buque se va a construir en nuestro astillero; todo este proceso puede extenderse unos quince meses hacia adelante en total, y luego en la medida que se acrediten los fondos podríamos avanzar con la construcción que tiene un plazo previsto de unos cinco años”, señaló.
Tudino sostuvo que el rompehielos Almirante Irizar “es un emblema de Tandanor porque con su reconstrucción y modernización nos recibimos de astillero, y con sus laboratorios es ahora un buque multipropósito; este nuevo buque polar va a darle a la Argentina la capacidad de abastecer las bases antárticas con mucha mayor eficacia”.
En ese sentido el funcionario comentó que “actualmente Tandanor está terminado la construcción de un pontón de aluminio propulsado por dos motores fuera de borda que permita descargar contenedores marítimos desde el rompehielos, probablemente esté listo este mes y alguno de los buques auxiliares de la campaña antártica se lo pueda acercar al rompehielos para que comience a utilizarlo”.
Participantes del proyecto
“Para este proyecto están convocadas a participar la Universidad de Buenos Aires (UBA), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), la Universidad Nacional de la Defensa (Undef), la Universidad Nacional de Quilmes (Unqui) y el Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA) para que surjan de ellas diez estudiantes de los cuáles al menos tres puedan viajar a Finlandia para acompañar el proceso de diseño, estudiar allí y luego regresar y sumarse al astillero para la construcción del buque”, destacó.
Detalles del proyecto
El proyecto concebido en 2014 prevé el diseño y construcción de un buque de transporte polar con una tipificación de refuerzo de hielo según la Asociación Internacional de Sociedades de Clasificación de Buques de ” Polar Class 4″ (PC4) que le permitiría operar libremente en el Norte de la Península Antártica con posibilidad de acceder hasta la Base Belgrano II, al sudeste del mar de Weddell y a unos 1.300 kilómetros del Polo Sur, ante la eventualidad de reemplazar al rompehielos “Almirante Irizar”.
Este nuevo buque podría articular todo el sistema logístico antártico, incluyendo la Base Integrada Ushuaia y la Base Conjunta Petrel; tendría una eslora (largo) de 131,5 metros, una manga (ancho) de 23,6 metros, un calado de 8 metros, y podría navegar en aguas libres a una velocidad de hasta 16 nudos mientras que en aguas con hielos de hasta un metro de espesor podría movilizarse a 2 nudos.
Este diseño dispondría de una autonomía de 15.000 millas náuticas utilizando sus dos motores principales al 85 por ciento de su potencia y cargado hasta el calado de diseño.
Además, el buque podría embarcar a los 105 integrantes de su tripulación junto a 25 integrantes del grupo aéreo de los dos helicópteros que pueden operar en su hangar y 60 pasajeros que realicen tareas científicas o de mantenimiento en las bases antárticas argentinas.
Este proyecto también incorpora el empleo de contenedores en el esquema de la logística antártica para brindar mayor agilidad en todo el proceso de reabastecimiento y, también, la gestión inversa de los residuos generados.
Menor capacidad del Irizar
El ministro de Defensa, Jorge Taiana, subrayó: “necesitamos tener un buque polar para fortalecer nuestra presencia en la Antártida. El Irizar después de la reparación, ha cedido bastante capacidad de carga para el desarrollo del área científica y contará con laboratorios a bordo”.
“El buque polar es una necesidad para el traslado de las dotaciones y suministros durante la Campaña Antártica de Verano; la incorporación de este buque logístico polar acompañará al rompehielos Irizar en la tarea de abastecer a las bases argentinas en la Antártida, desarrollando las capacidades de la Industria Naval Argentina”, consideró.
Taiana remarcó que “el siglo 21 es un siglo donde la Argentina debe potenciar su proyección al mar, defender sus recursos naturales renovables y no renovables en todo su territorio nacional; debemos tener la perspectiva de una Argentina que mire hacia el Atlántico Sur, hacia las Islas, hacia la Antártida con una visión bicontinental. Esta visión estratégica será el eje para el ejercicio de nuestros derechos soberanos y el futuro de un desarrollo sustentable para el país”.