BUENOS AIRES (TELAM).- El cambio del Gobierno nacional y la salida de Daniel Angelici modificó el panorama político y le dio al Millonario la chance de retomar relaciones y ser parte de una lista de unidad ocupando una vicepresidencia.
El presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, no ocultó su satisfacción por un tema sensible, el regreso de River al Comité Ejecutivo con una de las seis vicepresidencias, así tendrá voz y voto tras años de ausencia, luego de décadas en las que transitó relaciones tumultuosas que incluyeron frialdad, amor, odio y furiosas disputas.
“Uno siempre desea que todos sus clubes estén adentro de la asociación y que River se incluya en el día a día es una gran alegría, porque la AFA somos todos”, subrayó Tapia a Télam, consultado sobre el regreso que la entidad de Núñez concretó el 19 de mayo, cuando se designó a las autoridades hasta 2025.
“Que en el Comité Ejecutivo esté River de por sí ya alcanza, su vicepresidencia, como la de los demás equipos, es una demostración del lugar que le damos porque es importante que estemos todos juntos y más en este momento”, añadió Tapia, reelegido en el cargo por los próximos cinco años.
El Chiqui puede arrogarse el mérito de haber contribuido para que River vuelva a la AFA y ponerle fin a un distanciamiento que desde la década de 1990 tuvo vaivenes muy marcados.
En un ligero repaso histórico, en los años 90′ el vínculo fue distante y con intermediarios, luego hubo amor absoluto en los 2000, después llegó el odio en la era de Daniel Passarella y por último conflictos fuertes desde la asunción de Rodolfo D’Onofrio.
Tanto en la gestión de Hugo Santilli como en las posteriores, con las presidencias de Alfredo Davice y David Pintado, el vínculo con el entonces presidente de la AFA, Julio Grondona, era frío desde lo institucional y los puentes de comunicación lo tuvieron dos dirigentes, primero Osvaldo Di Carlo y luego José María Aguilar.
Precisamente Aguilar primero como secretario General del club desde 1997 a 2001, y luego cuando fue presidente hasta el 2009 fue quien vivió los mejores años de River en la AFA forjando una relación personal con Grondona con dos sucesos históricos.
El primero fue cuando Aguilar era secretario y fue elegido por “Don Julio” para ser la voz en el debate que Mauricio Macri había iniciado para la llegada de las Sociedades Anónimas, mientras era presidente de Boca en 1998.
El segundo acontecimiento que afianzó aún más la relación tuvo que ver con el “corpus legal” que diseñó Aguilar para lo que luego se conoció como el Derecho de Formación que hasta el día de hoy le asegura a los clubes recibir dinero cuando los juveniles se van al exterior bajo la figura de la patria potestad.
Por eso años, era muy común ese fenómeno y los clubes, en especial de los países menos poderosos, se convertían en una cantera de juveniles que formaban jugadores que luego se iban al exterior sin dejar ni un peso en las arcas.
Aquella reglamentación que luego aprobaría la FIFA le daría a Grondona mucha ascendencia y poder político a nivel mundial en las federaciones de fútbol con menos poder y por eso su agradecimiento hacia Aguilar fue eterno.
El triunfo de Daniel Passarella en las elecciones de River y la designación de Diego Turnes como “el hombre del club en la AFA” parecía seguir el camino de los buenos modales hasta que en mayo del 2011 un tema arbitral en un superclásico hizo estallar la relación.
Passarella luego haría pública una frase que le dijo al propio Grondona: “Después del partido lo llamé y le dije: ‘¿Qué responsabilidad tenés? No nos cobraron cinco penales’. Me respondió que tenía que comprar un arquero. Justo Carrizo había tenido un mal partido”, en alusión al superclásico de 2011 que Boca ganó por 2-0 en La Bombonera.
“Ahí me calenté mal -agregó- en vez de invitarme a tomar un café, me provocó y le dije: ‘por qué no te vas a la puta que te parió, sos Alí Babá y los 40 ladrones”.
Luego Passarella fue a una reunión del Comité Ejecutivo y le dijo a Grondona; “Es hora de que te levantes del sillón y des un paso al costado” y ‘Don Julio’ se levantó, corrió su silla, dio un paso al costado y dijo con sorna: “¿Está bien así?”.
Después sucedería lo del descenso y con cambio de autoridades nacionales más la asunción de D’Onofrio parecían llegar tiempos de calma.
Sin embargo la muerte repentina de Grondona y las bochornosa elección que terminó empatada 38 a 38 en 2015 (era imposible porque votaron 75 personas) dejó a River enfrentado a Boca y a la AFA.
En 2018 hubo elecciones y River, aliado con San Lorenzo y Marcelo Tinelli, no logró los avales para evitar que Daniel Angelici y Hugo Moyano lancen a la presidencia al Chiqui Tapia quien finalmente asumió sin la presencia de River en el Comité Ejecutivo.
La Superliga, el cambio del Gobierno nacional y la salida de Angelici modificó el panorama político y le dio a River la chance de retomar relaciones con la AFA y ser parte de una lista de unidad con una vicepresidencia que otra vez pone al club en la mesa grande con voz y voto.