Así lo expresó el obispo de la Diócesis de Río Gallegos, Jorge Ignacio García Cuerva, durante el encuentro con el intendente Walter Vuoto junto al delegado municipal en Buenos Aires, Oscar Souto en la sede de la Intendencia.
USHUAIA.- Durante el encuentro, se abordó la situación social y espiritual que atraviesan muchas familias patagónicas en el marco de la crisis generada por la pandemia del COVID19, que ha tenido distintos impactos tanto en la educación, como en la cultura, la religión, el trabajo, y el poder adquisitivo de las familias.
El Obispo de la Diócesis de Río Gallegos, Jorge Ignacio GarcÍa Cuerva señaló que “siempre es un gusto encontrarme con el señor intendente. Lo considero un amigo con el que compartimos inquietudes con respecto a la ciudad y a la provincia, siempre pensando en trabajar en conjunto, Iglesia y Estado, en beneficio de la gente. Sabemos que nuestra gente no la está pasando bien, no hemos salido de la pandemia y tenemos índices inflacionarios que nos preocupan y golpean el bolsillo de los más pobres”.
Asimismo, el Obispo planteó que “estamos viendo cómo conjugar esfuerzos. La pandemia nos enseñó que hay que dejar de lado las diferencias y empezar a ponernos la patria al hombro, como decía el cardenal Bergoglio antes de ser Francisco. Estamos en un momento complejo donde la dirigencia política y religiosa tenemos una responsabilidad muy grande de hacerlo”.
“Conjugar esfuerzos, significa que la mejor ayuda es la que se organiza. Además, durante el encuentro, estuvimos hablando de distintos temas ligados a la situación general del país y de la Iglesia” destacó el Obispo sobre la reunión junto al intendente Walter Vuoto, a la que calificó de “ fraterna, y por eso se extienden un poco más de lo normal”.