VGM Alberto Ceferino Ante
“Siento Malvinas cada vez con más fuerza”.
Nació el 07 de diciembre de 1962 en la localidad de Pocito, provincia de San Juan. Está casado y tiene 4 hijos. En 1982 prestaba servicio en la Armada Argentina como Cabo 2º y cumplía funciones en el destino Destacamento Naval de Playa, como Patrón de Lancha de Desembarco, conocidas como E.D.P.V., y fue destinado en comisión, con otro grupo importante, al buque de desembarco de tanques ARA “Cabo San Antonio”. Este buque era el nexo que había con la Infantería de Marina para hacer el desembarco con los vehículos anfibios que ellos tenían.
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“Todos los momentos fueron de tensión, más cuando escuchábamos la muerte de un argentino, desde la caída de un avión o del hundimiento del Crucero Belgrano, cuando tuvimos que ir al rescate del Buque Alférez (José María) Sobral; el encontrarlo fue algo impactante, más para ellos ya que el Sobral había sido atacado por helicópteros ingleses cuando estaba haciendo un trabajo de buque hospital, el buque tenía destruido todo lo que era el puente de mando y desde donde se lo controla, donde está el timón, defendiendo lo mismo, cosas impactantes que recuerdo, el que ellos se sintieran como protegidos por nosotros, ellos anhelaban que alguien los encontrase, son momentos críticos para uno, sabíamos que estábamos en esto y no había forma de obviarlo, por lo que constantemente estábamos preocupados por nosotros, por los compañeros que teníamos alrededor, por nuestro grupo, éramos alrededor de 50 personas que nos sentíamos como una familia, siempre juntos, sin distinción de jerarquía, éramos muy unidos, con la idea que teníamos que volver todos”.
“Con el paso de los años siento Malvinas cada vez con más fuerza porque el objetivo que tenemos es inculcar –en todos los ámbitos y especialmente en las escuelas-, el poder defender y apreciar tanto los símbolos patrios como lo que es Malvinas…»
“Después que finalizó la guerra yo estaba dentro de la Armada Argentina, por lo que podría decir que todo pasaba tranquilamente, no me sucedía como ahora me pasa al estar afuera, al estar con mis compañeros con quienes charlamos y contamos nuestras anécdotas de lo que pasamos, es diferente, adentro como que no lo vivía tan profundamente, porque tenía que seguir trabajando y cumpliendo mis funciones, como que estaba ocupado en otra cosa. Nosotros después de Malvinas tuvimos unos días de franco y luego nos fuimos al norte a trabajar en las inundaciones de Corrientes, por lo que siempre estaba ocupado, allí fuimos con la misma gente, con similares lanchas -otras lanchas porque las nuestras quedaron en Malvinas debido a que no se pudo replegar con ellas-, constantemente ocupado en otras actividades. Después acá con nuevas amistades, con nuevos compañeros de diferentes armas, uno charla y es como una descarga entre nosotros el poder sacar lo que tenemos dentro, de las experiencias que pasamos, malas y buenas, eso me hace cambiar hoy. A casi todos nos tocó ir a defender lo nuestro en un momento en que la mayoría éramos muy jóvenes, teníamos unos 20 años, y ahora se genera una amistad muy buena que nos hace confiar más en la gente, a mí me pasa que creo más en la palabra de cada uno”.
“Con el paso de los años siento Malvinas cada vez con más fuerza porque el objetivo que tenemos es inculcar –en todos los ámbitos y especialmente en las escuelas-, el poder defender y apreciar tanto los símbolos patrios como lo que es Malvinas, tenemos que mantener esa llama viva por los compañeros que quedaron allá, ya que ellos son los héroes, tenemos que mantener firme esta gestión y esta causa. Malvinas cambió un montón de cosas y tenemos que tratar que eso siga por el buen camino, que las generaciones que vienen sepan que eso no fue en vano, por lo que significa Malvinas, porque son nuestras, porque son argentinas, y ellos tendrán que seguir luchando por las Malvinas, por nuestra Argentina, por el bien nuestro, por el bien de todos”.