El dato se desprende de un relevamiento realizado por la consultora Noanomics sobre la desigualdad que existe entre las provincias en inversión educativa. Tierra del Fuego encabeza el ranking, seguida de Santa Cruz con 62.040 pesos.
RIO GRANDE.- En el año 2014, el gasto consolidado en cultura y educación en las 24 provincias ascendió a unos 205.413 millones de pesos, un tercio del gasto total, según estableció la consultora «Noanomics» en el informe «Gasto educativo de las provincias, otra fuente de desigualdad», dado a conocer ayer.
El promedio nacional de este indicador fue de 26.359 pesos por alumno durante 2014. Entre las jurisdicciones que más fondos asignaron a cada alumno están Tierra del Fuego, con 76.002 pesos, Santa Cruz, 62.040 pesos, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 46.001 pesos, Neuquén, con 44.517 pesos, Chubut con 38.701 y La Pampa con 38.555 pesos.
En el otro extremo se encuentra Salta con solo 14.769 pesos por alumno, junto con Santiago del Estero, 16.241, y Corrientes, 19.755.
Como la mayor parte del gasto educativo corresponde a los salarios, ese indicador es relativo; mejor sería «tener en cuenta las diferencias salariales de cada provincia para efectuar un ordenamiento». Normalizado el gasto estatal por alumno sin tener en cuenta las brechas salariales entre las provincias argentinas -muy marcadas en algunos casos-, Salta sigue figurando como la que menos gasta en educación, ahora junto con San Luis, Chubut y Buenos Aires.
Con la corrección de la brecha salarial, los valores serían Tierra del Fuego, 45.239 pesos por alumno por año, La Pampa, 44.316 pesos por alumno por año, y CABA, 39.656 pesos.
La conclusión del estudio es que «la distribución del gasto educativo no resulta uniforme a nivel provincial», ya que aunque Argentina cumplió las metas establecidas en la Ley de Financiamiento Educativo (ley 26.075) de superar el 6 por ciento del PBI en inversión educativa, «está más que claro que la inversión en educación por alumno resulta muy desigual en las 24 provincias». Esta iniquidad es más marcada en algunas jurisdicciones si se tiene en cuenta su nivel relativo de pobreza en relación al promedio nacional.