Travesía del Copérnico Doblón

Un velero español que navegó durante un año pasó por Ushuaia y siguió viaje a Cabo de Hornos. El velero de doce metros de largo y casco de aluminio amarró en el Muelle de la Asociación Fueguina de Actividades Subacuáticas y Naúticas (AFASyN) el sábado último, tras partir de España en enero.

Pedro Giménez Torrecillas, capitán del velero.

USHUAIA.- El velero Copérnico Doblón que partió en enero desde España llegó a Ushuaia el pasado sábado y tras permanecer 24 horas en la ciudad más austral del mundo izó velas y partió hacia el Cabo de Hornos.
Su capitán, Pedro Giménez Torrecillas, un español nacido en Madrid con 25 años de experiencia dialogó con El Sureño y contó sus vivencias antes de partir hacia el Cabo de Hornos.
El velero Copérnico Doblón llegó a Ushuaia durante la mañana del sábado y ayer domingo, tras permanecer amarrado en el muelle de la AFASyN partió hacia Puerto Williams para gestionar los servicios que le permitan emprender la navegación del Cabo de Hornos.
Giménez Torrecillas contó que partir «en enero desde España hasta llegar a Brasil después navegamos por Uruguay, toda la Costa Argentina hasta llegar a Ushuaia. Esto no llevó casi un año».
También contó como sigue el viaje por los mares del sur.»Ahora voy a intentar disfrutar de la parte sur del mundo que es un poco el sueño de cada navegante. Parto a Puerto Williams y luego intentaremos navegar el Cabo de Hornos para volver a Ushuaia del 21 de diciembre, aproximadamente».
Consultado sobre cómo fue la primera parte del viaje, dijo que «cruzamos el Atlántico con mucha suerte teniendo en cuenta que desde Cabo Verde hasta Fernando de Noronha (Brasil) lo pudimos hacer en 11 días. Esta fue la 7ª vez que he cruzado el Atlántico ya que llevo 25 años navegando. En otras oportunidades me ha llevado hasta 22 días cruzar el océano Atlántico».
Pese a su experiencia evitó alardear con sus viajes y más bien dijo que «vine hasta esta zona sur del mundo un poco para recibirme de navegante. Si hago el Cabo de Hornos y los canales fueguinos y logro llegar a Valdivia con dignidad, podré decir que soy ya un navegante con todas las letras. Pero hasta hoy no lo considero así».
Entre los lugares que más le gustaron destacó la Isla de los Estados la que considero «un lugar fascinante». «Es la primera vez en mucho tiempo que voy a una playa que nadie limpia nunca y que no tiene ni un solo residuo de plástico».
Por último manifestó: «estuvimos en puerto Coock, en San Juan de Salvamento, en el Faro del Fin del Mundo, y para mí, es una de las islas más bonitas que he visto en toda mi vida».