El área de Comunicaciones de la Unidad Regional Norte de la Policía implementó en 2022 el Centro de Monitoreo de Seguimiento Electrónico. El mismo permite llevar adelante un trabajo “en prevención” dispuesto por la justicia.
RIO GRANDE.- Lamentablemente continúa el incremento de casos de violencia de género en todo el país, de lo cual Tierra del Fuego no se encuentra exenta.
A raíz de ello se busca intensificar los trabajos en materia de prevención desde la policía, como así también con la intervención del Poder Judicial, y los diferentes organismos, colectivos y secretarías estatales con el fin de poner un freno a tan problemática situación.
Luego de radicar las denuncias correspondientes en sede policial o la justicia, ya sea por haber sido víctima de amenazas, agresiones, etc., se comienza a implementar distintos dispositivos que permitan a la víctima poder continuar con su vida. Uno de ellos es la colocación de un sistema de pulseras electrónicas que deben portar los presuntos agresores, en tanto que las víctimas cuentan con un equipo que les permite poder estar en contacto permanente con la Policía con el fin de su resguardo físico.
En relación a ello el comisario inspector Iván Galucci, quien se encuentra a cargo de la División de Comunicaciones de la Unidad Regional Norte, comentó que desde hace un año y medio ha comenzado a funcionar en la ciudad el Centro de Monitoreo de Seguimiento Electrónico. El mismo permite llevar adelante un trabajo “en prevención para los casos de violencia de género o violencia familiar”.
El Comisario explicó que esta modalidad cuenta con un sistema de dispositivos electrónicos duales de geolocalización.
Los mismos son implementados luego de la intervención por parte de la justicia, quienes son los encargados de analizar y determinar la utilización o no de este tipo de sistemas para monitorear el caso particular y, mediante un oficio judicial, se imponen parámetros de restricción hacia la víctima. “Este tipo de restricciones, las cuales pueden variar para cada caso, se activan y programan en cada uno de los dispositivos” para luego ser entregados a las víctimas, quien reciben un dispositivo de mano, con la particularidad que cuenta con doble chip (utilizando las dos compañías más importantes de telefonía celular de la ciudad Claro-Movistar), contando con tecnología GPS. De esta forma se busca brindar mayor seguridad a las víctimas y que en todo momento cuenten con una cobertura de señal por donde se trasladen. En el caso del agresor se le coloca una tobillera junto a un dispositivo de mano.
Galucci aclaró que el sistema de chip le permite a la fuerza mantener una comunicación constante con el centro de monitoreo con el que cuenta la Policía, lo que permite emitir una señal durante las 24 horas, las alertas que puedan surgir por parte de los dispositivos “o si hay algún tipo de acercamiento o alerta en el caso de que así surja”.
Rápida respuesta
El titular del área Comunicaciones de la Policía indicó que todas las alertas que envíe el sistema de monitoreo son rápidamente atendidas, “esto permite la comunicación tanto con el victimario como con la víctima” mediante el envío de mensajes de texto, llamadas. Asimismo, en cuanto a la geolocalización dispuesta por el sistema de GPS con el que cuentan los dispositivos, “permite tener la ubicación en la pantalla en tiempo real de ambas partes”.
Cabe aclarar que este tipo de sistemas de monitoreo corresponden a todas aquellas personas que han sido denunciadas (en el caso de victimarios) pero que se encuentran en libertad y mediante orden judicial les imponen restricciones de acercamiento y contacto.
Galucci explicó que al momento en que una persona que cuenta con el sistema de tobillera ingresa al “anillo perimetral que impone el sistema de monitoreo como alerta”, el cual funciona de forma simultánea al perímetro que impone la justicia, lo que permite otorgarle un tiempo de respuesta para desalentar que la persona continúe acercándose a su víctima. En el caso de hacer caso omiso y continuar avanzando luego de recibir un preaviso, es rápidamente interceptado por el personal policial, “es puesto en aviso a la justicia” y en el caso de que lo disponga el tribunal interviniente puede ser trasladado directamente a la Unidad de Detención, tal como ocurriera en otros casos, principalmente con situaciones de prohibiciones de acercamiento por casos de abuso sexual a menores.
Otra de las situaciones que se han registrado al intentar incumplir las normas y evadir el sistema es en el caso de “cortar la tobillera”, situación que es rápidamente detectada por el sistema de monitoreo. A partir de allí el sistema de GPS brinda la última ubicación de la persona, por lo que un móvil policial se traslada hacia el lugar para poder dar con el agresor y en caso de no ser hallado se brinda acompañamiento a la víctima; mientras se informa lo sucedido a la justicia quienes pueden disponer de la inmediata detención y traslado hacia la Unidad de Detención.
Por otro lado, desde la Policía reciben las notificaciones del sistema por el cual las propias víctimas, en un número menor, son quienes incumplen con las disposiciones judiciales. De esta forma suelen dejar los dispositivos dentro de sus viviendas, “puede ser por olvidarse, ya que las personas al momento de retirarse de su domicilio deben hacerlo no solo con su teléfono celular sino también con el dispositivo que le es entregado. Muchas veces los dejan con doble intención para poder tomar contacto con sus agresores “y son ellos (los victimarios) quienes terminan avisando a la Policía que las víctimas se encuentran cerca de ellos”.
30 pulseras
En la actualidad y por disposición judicial en la ciudad de Río Grande existen 30 casos de personas que cuentan con este tipo de dispositivos.
Afortunadamente la gran mayoría de los casos, tanto las víctimas como victimarios, respetan las disposiciones judiciales. Si bien se han registrado incumplimientos desde los dos lugares (víctima y victimario) desde la implementación, las faltas cometidas por las personas no superan el 1%.