Lo hemos escuchado hasta el aburrimiento: somos un planeta que envejece por dos razones que, paradójicamente, tienen que ver con el propio desarrollo que alcanzamos. Por un lado aumentamos la esperanza de vida y, por otro, sigue cayendo nuestra tasa de fecundidad.
BUENOS AIRES.- Así, mientras estadísticas y estudiosos alertan sobre esa realidad, en el mundo del consumo ya han abierto de par en par las puertas a los llamados “adultos mayores”. Y no podría ser de otra manera, según un reciente blog de Euromonitor International, se prevé que para 2030 ese grupo demográfico represente el 18% de la población mundial, sumando 1,5 mil millones de personas.
Desde finales del pasado siglo, expertos y empresas consultoras vaticinaban que los también llamados “seniors” impulsarían un nuevo boom en el ámbito del consumo. Se había identificado desde entonces que contaban con poder adquisitivo, tiempo libre y deseos más que manifiestos para abrazar nuevos productos y experiencias, como los viajes.
No por gusto, el sector del turismo fue uno de los primeros en los que se convirtieron en protagonistas. Al día de hoy, esos viajeros que peinan canas recorren el mundo buscando emociones placenteras y propuestas que les ayuden a seguir ganando en calidad de vida. En todos los destinos, los gestores turísticos preparan paquetes más adecuados a sus expectativas y posibilidades, excursiones que respondan a su ritmo; en tanto que las publicaciones especializadas se llenan de páginas, artículos y post digitales que buscan llamar su atención.
Por otra parte, lo que en un inicio se adivinaba como una gran masa compacta de turistas seniors, luego ha ido delimitándose en nichos más específicos, en permanente investigación y con necesidades muy diferentes de abordaje. Vale destacar entre ellos a los recién jubilados, que una vez saldada la vida laboral quieren disfrutar al máximo del merecido descanso y acostumbran a hacerlo mayormente en pareja; o los mayores de 65, que aún sin deterioro notable en su salud gustan de sumarse a asociaciones o clubes y de moverse en grupos.
En tanto que otra área bastante grande se ha vinculado con ancianos que superan los 70 años, precisan de tratamientos médicos o cuidados sanitarios, y reclaman de destinos donde se les garanticen con la mayor calidad, al tiempo que se le combinan con algunas alternativas de ocio. Generalmente en sus viajes les acompaña algún familiar, o requieren de una ayuda permanente.
Conectados, y amantes del bienestar. Lejos de lo que se cree, buena parte de los adultos mayores que viven en naciones desarrolladas emplean actualmente Internet, o se relacionan de alguna forma con sus servicios, porque han aprendido que gracias a estos pueden realizar valoraciones, trámites y encomiendas con mayor rapidez. A muchos de ellos, la tecnología les facilita soluciones para una vida asistida. Así lo consideran especialistas de la consultora Nielsen en España, que en un reciente estudio han referido que “tres de cada cinco consumidores de entre 54 y 65 años accede a la Red a menudo y uno de cada tres hogares encabezados por veteranos ha visitado la web de un supermercado en el último mes, el 36% de ellos con la intención de comprar y la mayoría buscando ofertas especiales”.
En el entorno turístico, su consumo parece conectarse más con lo auténtico, lo diferente, lo que les resulte en verdad trascendental, pero defendiendo siempre el contar con sosiego y comodidad. Se dice por eso que ya están contribuyendo a cambios de enfoque en destinos y productos, que no han podido dejar de tenerlos en cuenta. Nadie lo dude, en este planeta que envejece, los viajeros que peinan canas marcarán sus propias pautas de futuro. Fuente: Caribbean News