RIO GRANDE.- Un sentido último adiós le brindó su gente al “Cabezón” Walter Buscemi, tras el velatorio que se realizó en el salón principal del Centro Cultural Yaganes, ayer a las 15.00 partió el cortejo fúnebre que recorrió gran parte de la ciudad, porque sus restos visitaron su antiguo y querido CAP, donde vivió su infancia.
El cantautor fueguino recibió la despedida de los antiguos pobladores y de los jóvenes que conocen su trabajo artístico, en una jornada soleada, acompañada del viento al que siempre Walter le dedicó alguna prosa. Sin embargo, el río Grande se había desvanecido a la hora que el cortejo pasó por sobre el puente general Mosconi, como entristecido por la pérdida de quien siempre lo tuvo en sus canciones.
Algunas expresiones
Entre las personas que estaban en el Centro Cultural, para darle el último adiós y el aplauso final, se destacaban Miriam Lagos, exfuncionaria de Cultura de la Municipalidad, quien lo conoció a Walter desde que estudiaron juntos en el colegio y luego, cuando comenzó con sus primeros pasos artísticos y recibía el respaldo de las autoridades del Municipio, que siempre le abrieron la Casa de la Cultura para expresar su arte.
“Vengo a despedir a un amigo de toda la vida, con quien fui junto a la escuela. La verdad es una enorme pérdida para nuestra cultura de quien siempre defendió a nuestros ancestros y el pueblo originario de Tierra del Fuego. Sin lugar a dudas es el referente de la música de Río Grande y es nuestro, por eso le vengo a dar mi último aplauso”, dijo Miriam.
Facundo Armas, un consagrado artista joven de Tierra del Fuego, también estuvo presente en el último adiós al “Cabezón”.
“Vengo a darle mi adiós a quien fue mi padrino. Yo a este viejo lo quiero del alma, siempre me apoyó y ahora queda seguir con el legado que nos ha dejado. La verdad es un día muy triste por tener que venir a decirle mi último adiós”, dijo Facundo, quien se lució hace poco en la representación fueguina en el escenario mayor del folclore nacional: Cosquín.
Embargado por la emoción Daniel Leite, quien fue tecladista de Walter Buscemi cuando se grabó la “Cantata Fueguina”, recordó los muchos años que compartieron juntos. “Fueron casi trece años de andar juntos, me tocó vivir con el Cabezón su etapa artística más prolífera”, dijo quien remarcó que ahora queda todo su arte, el cual se puede seguir disfrutando.
La gente lo recuerda y deja así en el aire una sola expresión: “¡Walter Buscemi, vive!”