Un cine, dos salas, un estreno esperado por meses y butacas mojadas fueron los ingredientes del mal chiste que sufrieron los espectadores de Guasón (Joker) el jueves en el cine Cinemas2. Hasta hoy, a los usuarios que pagaron la entrada por un servicio que no recibieron de forma plena, no se les ofreció explicación ni disculpas, o compensación de algún tipo.
RIO GRANDE.- El jueves 3 de octubre se estrenó en muchas partes del mundo una de las películas más esperadas para los fanáticos del universo del cómic: Guasón (Joker). El mal chiste, sin embargo, fue para los espectadores de Río Grande, que tuvieron que optar entre sentarse a ver la película en las primeras filas de butacas a una distancia muy incómoda de la pantalla, o volver al día siguiente.
Muchas personas que en realidad seguían comprando entradas hasta último momento, no se enteraron de esta situación, se quedaron sin lugar y tuvieron que volver a casa. El motivo: las butacas de la parte superior de la sala estaban húmedas e inhabilitadas para su uso.
El Sureño conversó con algunos de los espectadores, que expresaron su descontento, aunque con resignación: “La verdad que estoy en desacuerdo con esto de venir al cine y que apenas entrás los lugares que tenés para sentarte son los adelante, no se puede ver bien. Tenés que mirar hacia arriba durante toda la película para poder ver algo. Además, nadie nos dijo nada cuando vinimos a sacar las entradas”, dijo Juan Pablo, uno de los espectadores que estuvo más de 20 minutos haciendo fila antes de entrar a la sala.
Para empeorar la situación no se les ofreció reparación económica a quienes decidieron quedarse a la función, viéndose obligados a sentarse en las peores butacas de la sala o sentarse en la parte superior, en butacas mojadas. Tampoco se presentó alguien de parte del cine Cinemas2 que diera explicaciones a la gente de por qué se había decidido limpiar las butacas del cine un día de estreno y horas antes de la proyección de la película.
Adrián, otro de los expectdores expresó: “Recién nos avisaron cuando estábamos a diez minutos de entrar al cine que nos estábamos por quedar sin asientos, porque se mojaron las butacas de arriba. La verdad es un desastre porque 200 pesos por una entrada que no vale la pena, estás toda la película con el cuello torcido”.
“La sala está infectada con olor a químicos. Yo soy alérgica al 90% de los productos de limpieza. Además, están haciendo que la gente se siente en el piso del pasillo; cuando hubo gente que, esperando afuera en la fila, con el viento, el frío… nadie salió en ningún momento a avisarles que no había lugar en la sala y tampoco dejaron de vender las entradas”, agregó Paula.
En la ciudad de Río Grande hay un solo cine y como en otros servicios (internet, videocable) la falta de opciones para los usuarios y el desamparo ante el incumplimiento de parte de entes prestadores, es evidente.