Los pasajeros del vuelo AR 1944, de Aerolíneas Argentinas, vivieron el vuelo más largo para poder unir Buenos Aires y Río Grande, debido a las condiciones climáticas que hicieron imposible que el avión pudiera aterrizar durante la madrugada del domingo.
RIO GRANDE.- Tal como estaba programado, y con total puntualidad, el domingo a las 0:40 partió el vuelo para unir Aeroparque con el aeropuerto Internacional Ramón Trejo Noel; pero a pocos minutos de terminar con su travesía y cuando el piloto se disponía a aterrizar la aeronave en pista, una densa niebla le impidió poder hacer la maniobra y, en forma acertada, resolvió acelerar el avión y seguir en el aire.
El Capitán de la aeronave comunicó a los pasajeros que debido a las condiciones climáticas y por razones involuntarias de la aerolínea se dispuso seguir vuelo hasta el aeropuerto alternativo, al estar cerrado el de Río Grande. De esta manera, se dispuso a volar hasta Río Gallegos y allí esperar qué directivas surgían desde la empresa.
Cabe señalar que en este destino, que no estaba programado, algunos pasajeros decidieron bajar y seguir viaje bajo su propia responsabilidad.
Una vez en el aeropuerto de la capital de Santa Cruz, se procedió a la carga de combustible del avión, ya que la orden dispuesta fue regresar a Aeroparque. De esta manera, cerca de las 7:20, el vuelo AR 1944 aterrizó en Buenos Aires, donde se comunicó a los pasajeros que a las 9:00 saldría la misma aeronave con destino, nuevamente, a Río Grande.
Finalmente, tras más de nueve horas de vuelo, con el cansancio propio de un vuelo más largo de lo normal, el avión pudo aterrizar en Río Grande y de esa forma los pasajeros pudieron llegar a destino con la comprensión lógica que la situación ameritaba.
Ya en el aeropuerto algunas de las personas que no contaban con movilidad propia debieron soportar bajas temperaturas para esperar a taxis que a esa hora no estaban debido a lo inusual del horario.