Una competencia accidentada

RIO GRANDE.- La octava edición de los “100 Kilómetros de Río Grande” ya es parte de la historia. Los triunfos de Matías Saldivia-Enzo Maciel y Emilio Pavlov-Marcelo Tavie ya son parte de las estadísticas del automovilismo en pista fueguino. Pero seguramente que esta edición quedará marcada por la cantidad de accidentes que se produjeron y afortunadamente todos ellos sin consecuencias físicas para los protagonistas.

Una seguidilla de sucesos fuertes se vienen dando en el automovilismo fueguino y, el pasado domingo, pudo haber sido otro domingo fatal, más que nada por lo fuerte de los accidentes, sin embargo hoy, afortunadamente, sólo estamos hablando de chapas dobladas y autopartes que pueden cambiarse.

Los accidentes son parte del destino, y si bien se originan por un motivo en especial, es muy difícil evitar que estos sucedan y, quizás, lo más importante es, ante los accidentes, cuidar y trabajar en la seguridad del piloto y, obviamente, de los espectadores de una competencia, puntos en los que APAP viene trabajando desde hace tiempo.

Seguramente que hay personas perjudicadas en estos accidentes, pero no habrá que detenerse en buscar culpables, sino en trabajar para mejorar y corregir cuestiones que no están bien o que se encuentran en mal funcionamiento.

Por el bien del automovilismo todas las instituciones que forman parte del mismo deberán unirse y trabajar por el bien de la disciplina, algo que es muy fácil pensar pero muy difícil de concretar, vaya a saber uno por qué. Son muchos los que usan las instalaciones del autódromo local, pero son muy pocos los que trabajan para que se mantenga en buen estado, es por eso que, si todos los dirigentes y pilotos se unieran para mejorar el autódromo, por ejemplo, seguramente que las cosas saldrían de mejor manera.

Así quedó el auto de Leo Medina, tras el espectacular vuelco.
Así quedó el auto de Leo Medina, tras el espectacular vuelco.