Entre los elementos donados, hay camas ortopédicas, sillas de ruedas, colchones antiescaras y otros por un valor cercano a los 900 mil pesos que el hogar necesitaba para brindar una mejor atención a los residentes del lugar.
RÍO GRANDE.- La comisión directiva del Hogar San Vicente de Paul, recibió ayer una importante donación de elementos ortopédicos de parte de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, a través de misioneros de Ushuaia, Río Grande y de Estados Unidos que están misionando en la Argentina.
En representación del hogar, Rachel Apolinaire, José ‘Nanny’ Finocchio, Mabel Jacobs y Elba Nimer, recibieron sillas de ruedas, camas ortopédicas, colchones antiescaras y otros elementos de parte de Heber Frau, de la iglesia mormona en Ushuaia, José Romano, de Río Grande y los misioneros de servicio Corey Thayn (Elder) y su esposa Eva (Sister) de Utah, Estados Unidos.
Apollinaire explicó que la donación llegó de manera inesperada a través de un herrero a quien le habían solicitado reparar las sillas de ruedas del hogar. “Gracias a este señor, quien es miembro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, recibimos esta generosa donación de la institución misionera. Por eso hoy han venido a formalizar la entrega y nosotros queríamos que ellos vieran dónde las vamos a usar”.
Por su parte Heber Frau, comentó que “somos la Estaca Tierra del Fuego, somos miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días; es decir, una iglesia cristiana que adora a Dios y a Jesucristo y lo que estamos haciendo en este momento, es hacer lo que Él nos enseñó, que es estar cerca de los necesitados, apoyar y buscar las necesidades reales de las personas para poder acompañarlas”.
![](https://www.surenio.com.ar/wp-content/uploads/2023/02/pagina8b-5-1024x647.jpg)
La presidente de la Comisión Directiva subrayó que, si no fuera por la colaboración del Gobierno provincial y de la Municipalidad de Río Grande, “este hogar no podría funcionar porque no tenemos personal propio y de esta manera, a través de un convenio firmado con la provincia, el Estado aporta personal. En el caso del Municipio de Río Grande, su colaboración se acrecentó tras la pandemia de coronavirus”.
“Algunos de los señores son asistidos también por el PAMI que fija por su cuenta una cuota por casa y comida. Así, entre todos poniendo un poquito, podemos mantener esta obra de caridad; otros no tienen este beneficio, por eso es como multiplicar los panes.
Por suerte tenemos algunos comercios que nos hacen rebajas por los alimentos, otros nos donan alimentos, por ejemplo, La Anónima nos dona leche líquida y es así que tenemos mucha ayuda de la comunidad, como en este caso en que esta iglesia nos ha donado inesperadamente estos elementos que son muy necesarios y por lo cual estamos eternamente agradecidos”, explicó.
80 años en Río Grande
En tanto Mabel Jacobs detalló que “actualmente viven en el hogar 16 alojados que es la capacidad máxima porque es una casa y tiene un límite. Se trata de adultos mayores solos, sin hogar y sin familia. Esta es su casa. La obra San Vicente de Paul comenzó oficialmente el 31 de octubre de 1943 por lo cual va a cumplir en este año sus primeros 80 años y el edificio en este lugar, se constituyó en 1974, siendo la primera institución de caridad y de bien público de Río Grande”, destacó.
“Comenzó con un grupo de señoras que vieron las necesidades del lugar que en principio se reunían y enseñaban costura. Creo que enseñaban costura a las chicas, crearon un ropero y trataban de ampliar su actividad solidaria y es así que con el tiempo se fundó este hogar que cumple un rol fundamental en la ciudad de Río Grande”, agregó.
Mabel Jacobs aclaró que “no somos un centro de salud, por suerte tenemos el hospital enfrente; pero sí tenemos la colaboración de un enfermero que viene para esas cositas diarias y también tenemos un médico que está 24 horas disponible, el Dr. Gustavo Tello, y que viene cuando hace falta. Él está con nosotros desde siempre”.