Historias ypefianas hay muchas. Las historias de mujeres ypefianas comenzaron a escribirse silenciosas hace tiempo. Con el gran cambio de paradigma sobre el rol de la mujer en la sociedad, las colaboradoras de la compañía cobran cada vez más protagonismo y suman valor en el mundo hidrocarburífero.
Patricia Pagliero es licenciada en Geología, nació en Ucacha, un pueblo de 6000 habitantes ubicado al sur este de la provincia de Córdoba, plena pampa húmeda, zona agrícola ganadera.
Estudió en la Universidad de Río Cuarto, pero ya en el último año de la escuela secundaria había encontrado su vocación.
Se recibió a fines de 1999, durante la crisis económica que atravesó el país, y viajó a Buenos Aires con 30 currículum impresos para buscar trabajo. “Un día me llamaron de YPF y después de un proceso de entrevistas, me confirmaron que ingresaba”, dijo Patricia.
El 2 de mayo de hace 19 años, comenzó a escribirse la historia de una ypefiana, que actualmente se desarrolla como líder de estudios convencional en la cuenca del golfo San Jorge. El sector de estudios genera proyectos que representan uno de los desafíos más importantes, porque son los que tienen como objetivo incrementar la producción de petróleo en yacimientos que cuentan, en algunos casos, con más de 100 años de historia.
“YPF me permitió crecer y desarrollarme como profesional y como persona “
Para trabajar en YPF, Patricia se mudó a Comodoro Rivadavia, lo más al sur que había conocido en su vida. “Estaba tan feliz de haber conseguido trabajo en lo mío después de más de un año de haberme recibido que la verdad no me importó tener que mudarme. Me dijeron que venía a Comodoro y armé la valija. El mismo día pasé por las oficinas de YPF en Buenos Aires y de ahí al sur sin escalas. El cambio fue importante por varios motivos, porque vine sola, por las diferencias climáticas, las distancias, todo era muy distinto a mi lugar de origen”, contó.
Hace algunos años, la industria del petróleo tenía un muy bajo cupo de mujeres en sus equipos de trabajo, mayormente ocupaban puestos en sectores administrativos y en pocos casos operativos. Esa realidad cambió, con el paso de los años las mujeres se incorporaron en puestos operativos, en los yacimientos, inclusive en los sectores vinculados con los equipos de torre. YPF es parte de este cambio y formó un Comité de Diversidad para coordinar acciones que la lleven a ser una compañía cada vez más plural.
El primer destino de Patricia como nueva profesional fue Cañadón Seco, Santa Cruz. Su trabajo era operativo, hacía trabajos dentro de los yacimientos y de estudios. “Hoy, después de casi 20 años trabajar en YPF es como trabajar en mi casa, con el paso del tiempo se adquiere un gran sentido de pertenencia, que alguna vez criticaste cuando eras más joven pero que finalmente te atrapa”, dijo.
“Con el paso de los años las mujeres se incorporaron en puestos operativos, en los yacimientos…”
Y agregó: “Lo mejor es la gente con la que pude trabajar y conocí a lo largo del tiempo que es la que hace a la empresa. Una empresa que va cambiando por su composición de dirigencia y gestión pero que conserva a la mayoría de la gente que es la que en definitiva le da la impronta. Una empresa que invierte mucho en formación y capacitación de sus profesionales y en su desarrollo técnico, es una de las cosas que siempre me gustó”.
Patricia es mamá de una nena de 9 años, a partir de la escolarización de su hija pudo conjugar mejor los tiempos de trabajo. “Cuando salgo de trabajar dedico la totalidad de mi tiempo a actividades extraescolares que ella tiene y voy al gimnasio a la mañana antes de venir a trabajar. Hace un tiempo que YPF tiene muy buenas políticas pensadas para congeniar la vida laboral y familiar, como son la jornada reducida y el home office. En ese sentido, creo que estamos un paso adelante”.
Para finalizar, Patricia reconoce que YPF le permitió crecer y desarrollarse como profesional y como persona, conocer a mucha gente muy valiosa y generosa para compartir conocimientos.