La enfermera misionera de la Armada Argentina se encuentra en comisión antártica a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar”. Su trabajo cotidiano es en la enfermería del buque que hoy abastece a las bases del continente blanco en el marco de la Campaña Antártica de Verano 2018/19. Desafíos y un sueño hecho realidad.
ANTARTIDA.- Por primera vez en su carrera naval, Fanny Rodríguez tiene la oportunidad de conocer la Antártida. “Esta experiencia es muy interesante y un sueño hecho realidad: estar en la Antártida y mi primer navegación larga en el rompehielos”, introdujo la misionera. Su destino naval es en el Cuartel del Estado Mayor General de la Armada (CUEM) en el Edificio Libertad, en la Ciudad de Buenos Aires, donde es encargada de radiología y cardiología; pero desde diciembre pasado fue destinada en comisión para realizar la actual Campaña Antártica de Verano 2018/19 (CAV) y trasladar su tarea habitual al Departamento Sanidad del “Irizar”.
Fanny María Rodríguez es Suboficial Primero, tiene 42 años y nació en la ciudad de San Antonio. Es viuda y actualmente vive en Buenos Aires, sin embargo mantiene hermosos recuerdos de su provincia natal y un contacto permanente con amigos y familiares.
Además de su especialidad en Enfermería, Fanny hizo varios cursos de capacitación en radiología en la Escuela de Suboficiales de la Armada y dos tecnicaturas, una en esterilización y otra en laboratorio.
Dentro y fuera del ámbito naval, Fanny hace muchas cosas. “Todo lo que pueda hacer nuevo, me gusta. Soy una persona a la que no le gusta la rutina, me gusta correr, me dedico a la huerta, me gusta la estética y soy maquilladora también. Rompo la rutina de mi trabajo y siempre busco hacer algo nuevo; me gusta la aventura y viajar, esquiar y el hielo”, enumeró con la felicidad de poder vivir experiencias distintas.
Fanny contó que en Misiones vivió hasta los 18 años en Andresito, donde finalizó su escuela secundaria en el Bachillerato Común N° 3. Comandante Andresito pertenece al Departamento General Manuel Belgrano en Misiones. “Entré en la Armada a esa edad, en 1995”, comenzó diciendo en el relato acerca de las razones que motivaron su ingreso en la Armada Argentina.
“Mi abuela, la mamá de mi padre, quería que él ingresara a la Armada pero no pudo porque le faltaban varias piezas molares; él, quien ya no está, fue maestro de escuela y llegó a ser director. Fue así que cuando yo tenía 17 años y estaba en el 4º año de la secundaria le comenté que quería ingresar voluntaria al Ejército Argentino, pero en uno de sus viajes a Posadas me trajo los papeles de la Armada. A todo esto, mi hermano era cadete en el último año de un liceo, y lo dejó 4 meses antes de egresar; mi papá tenía la ilusión rota hasta que ingresé yo en la Armada y luego lo hizo mi hermana”.
Así fue como Fanny se acercó a la Institución a la que pertenece desde hace 14 años. “Del ámbito naval me gusta la experiencia de lo que se va aprendiendo y los desafíos que tiene la carrera; me gusta el compañerismo y los grupos de trabajo, porque el trabajo es de todos. Para mí, la Armada es una Institución que forja hombres y mujeres que quieren luchar, vivir y soñar los desafíos para una Nación”, dijo con la convicción de estar donde ella quiere.
Fanny habla con gran satisfacción en lo profesional respecto a su ámbito laboral y, en el plano personal “siempre hay alguien que me apoya en lo que necesito para seguir adelante. Primero cuando estudié para continuar con mis capacitaciones y, luego, en el momento que falleció mi esposo. No me han dejado sola, nunca; y lo agradezco mucho, en esas circunstancias tan difíciles en la vida de uno”, destacó.
De su ciudad natal y más que nada de Andresito, Fanny tiene muchos recuerdos: “Lo que más recuerdo es la etapa de la adolescencia, el juntarnos a cantar y organizar bailes con mis compañeros; éramos muy unidos y nos cuidábamos entre nosotros. Tengo contacto con ellos a través de las redes sociales, están muy contentos y felices con mi actividad en la Armada y también tengo más de 3 mil seguidores por el tema de la estética”, sonrió.
“De mi provincia tengo muy presente el reviro, que es una comida típica misionera, tradicional por su origen nativo, que se hace con harina, huevo y aceite o grasa –compartió–. Es llenadora, se prepara en una olla grande y se come con el mate cocido.”
Vocación de servir en el continente blanco
Desde el 22 de febrero de 1904, la Argentina está presente en el continente blanco con la creación de la base Orcadas ubicada en la isla Laurie a cargo de la Armada Argentina. La presencia ininterrumpida del país desde hace 115 años se apega a la misión de brindar apoyo logístico y efectuar el mantenimiento de las instalaciones para el desarrollo de la ciencia en la Antártida.
Las Fuerzas Armadas argentinas y sus bases antárticas brindan el apoyo logístico a las investigaciones y tareas científicas. Se realizan trabajos en sismología, estudios de punto geodésico (detección de la deriva continental), seguimiento de mamíferos y aves, estudio de algas y hielos, recolección de datos meteorológicos: presión, humedad, temperatura del agua, observación de nubes y vientos, entre otros.
El rompehielos ARA “Almirante Irízar” brinda apoyo logístico en las tareas coordinadas por el Comando Conjunto Antártico, dependiente del Estado Mayor Conjunto: tareas de abastecimiento a las bases y apertura de refugios antárticos; recambio de personal civil y militar; y reabastecimiento de víveres y materiales.
En este momento, el rompehielos se encuentra en los 76º de Latitud Sur, en lo que se llama la Costa Confín de la Tierra de Coats, donde está asentada la base Belgrano II, la base antártica permanente más austral que posee nuestro país. Es una base pequeña donde se realizan varios proyectos científicos relacionados con la atmósfera, glaciología y estudio de ozono, entre otros.
El “Irízar” arribó el pasado 8 de enero y los helicópteros Sea King a bordo del buque comenzaron a operar a una distancia de unas 17 millas náuticas de la base, para efectuar el recambio de la dotación y el reabastecimiento de la base misma.
Una vez finalizadas las tareas –que dependen de las condiciones meteorológicas favorables– el rompehielos pondrá proa para navegar hacia el norte del Mar de Weddel y continuar con el itinerario previsto en esta primera etapa de campaña.
Fuente: Gaceta Marinera.