Ushuaia se hizo fuerte en la Copa Argentina

Las finales de la etapa provincial de la Copa Argentina fueron para los equipos de la capital, que hicieron valer la localía doblegando a ADEFU (1-0) y San Isidro (3-2 en penales), accediendo a la fase regional.

USHUAIA (Fotos: Cristian González).- La tarde patria, las tribunas en ascendente concurrencia, el clima intempestivo y el deporte madre. Todo conspiraba para que la final de la Etapa Provincial de Copa Argentina fuera por lejos el espectáculo más buscado en el sur del país. Y así fue. La Liga Ushuaiense de Futsal programó como antesala de la gran velada, las finales de diversas categorías juveniles. Entonces la mesa estuvo servida desde el primer instante.

Allí, Escuela Municipal derrotó en un partido hermético y de absoluta paridad, con lo justo 1-0 a ADEFU y Mercantil, teniendo que ir hacia el fatídico punto del penal, se alzó con la victoria gracias a la descomunal actuación de su arquero Araujo.

Historia viviente

Las 14:30 marcaron el inicio del primer juego. La rama femenina del más alto futsal de la provincia tenía su duelo de póster. ADEFU, llegado desde el norte de la isla con sus mejores armas, arribo al Microestadio listo para sentenciar a Escuela Municipal, dueño de casa y campeón defensor. Pero claro, Escuela también tiene un arsenal siempre a disposición de la defensa de sus títulos.

La bola comenzó a rodar y las cartas rápidamente se desplegaron por el imaginario tablero que es la 40×20. Desordenadas cartas por otra parte, ya que el inicio de la partida tuvo como línea regular el desorden, la intensidad en la presión y los errores forzados por la marca alta. En esa tónica el nombre de Sol Jara para las locales fue el más importante. El emblema ushuaiense siempre mantuvo la calma y siempre estuvo dispuesta a embarrarse si eso es lo que proponía el rival.

Aún así, Poli tuvo las mejores chances de la etapa inicial. Las transiciones de la dupla Grandis-Godoy lastimaban las espaldas de la Academia riograndense aunque sin mayores riesgos. Alguna arremetida de la propia Jara, algún arrebate individual de Alcocer y la balanza se inclinaba sobre el arco de Vukasovic que respondía con solvencia.

Seis minutos faltaban para el cierre del primer acto y de una bola quieta producto de una mano de Lara Mendez, Poli encontró la apertura del marcador en los pies de Sol Jara.

A partir de ahí algo cambio en las filas de ADEFU, si bien se fue al descanso sin mayores arremetidas. Inició el complemento con valores individuales y colectivos muy superiores a los de la primera mitad. Creció Méndez en su fase individual, creció Luzmila Rodríguez en su lectura, creció Arias en su potencia, pero sobretodo creció en minutos y protagonismo la gran Taty Ruiz y de ahí se construyó un asedio masivo de ADEFU que prácticamente borró a Escuela Municipal en el complemento e hizo figura a Brisa Benítez en el arco.

Primero con tiros lejanos, y después con ataques más agresivos y certeros, el elenco del norte sometió una y otra vez a la arquera verde aunque sin poder vulnerarla.

Así se escurría el tiempo, así aguantaba Escuela refugiada en sus veinte metros, con poco aire, pocas piernas, pero el corazón siempre en la mano listo para batallar.

Sonó la chicharra del tablero electrónico y una vez más este elenco que no para de hacer historia se llevó la gloria en un duelo extremadamente duro e incluso desfavorable, pero que supieron sostener mentalmente.

Tal vez mereció algo más ADEFU, seguramente mereció algo más, por lo menos forzar los penales. Pero no pudo, no pudo por Benítez, por Jara. No pudo porque se enfrenta a la historia viva que es esta Escuela Municipal que no entiende de fronteras y por eso, por eso y tantos motivos más, es el bicampeón provincial.

Recompensa

El éxtasis de los festejos del femenino fue la alfombra perfecta para el plato fuerte del menú patrio. Mercantil y San Isidro saltaron puntuales y la espera crujía en las paredes del templo.

El Tachero, que contaba con Fresia, Ruiz y Sánchez pese a haber sido expulsados en la etapa previa, y Mercantil, que tenía a Aravena en sus filas pese a la expulsión de Lucas en la semifinal con Defensores. Todos llegaron a la cita máxima con sus fichas a disposición.

El trámite de la final arranco eléctrico, Mercantil se lanzó sobre su rival con un Corcho Pérez e Ivan Godoy que prometían, pero rápidamente Gabriel Sánchez se hizo dueño de la bola y comandó a los suyos para bajar las revoluciones del dueño de casa.

La primera mitad fue pareja, peleada, reñida, embarullada y con poco brillo ofensivo, principalmente en Mercantil que sucumbió a la presión asfixiante de su rival.

El complemento tuvo una nueva situación de paridad en sus minutos iniciales. Pero una vez más el Tachero fue quien propuso en ofensiva y Mercantil quien le entrego la bola a su rival.

Por supuesto que esta radiografía es algo ensayado, el elenco de Bonvehi, que de finales entiende, siempre supo que ante la ausencia de la tenencia, el orden y el sacrifico eran la carta. La paciencia, la prolijidad y la seriedad en cada metro.

Por eso, pese a que Araya emergió como figura en más de una ocasión para salvar a los suyos, también los del CECU en los minutos finales tomaron la garganta de su rival.

Mansilla, el atrevido Mansilla se puso a los suyos al hombro, Nelson González jamás falló en toda la tarde y Godoy finalizó el duelo como lo había empezado, desequilibrando y obligando.

Peña, González y Vera junto a Fresia pusieron en aprietos a los de Bonvehi, pero nunca consiguieron que los del CECU perdieran la paciencia y así el reloj defendió hasta marcar el cero, al igual que el tanteador.

Lo siguiente era lo natural, el punto juez del penal. Allí, aquello que suele ser una moneda en el aire se convirtió en una carta de triunfo para el elenco local. Porque nada de azar tuvo lo que Franco Araujo consiguió.

El arquero de Mercantil, sin un solo segundo en el tiempo regular, se plantó bajo los tres palos de su arco con firmeza en la tanda fatal y no solo tapó tres, si, tres penales de manera soberbia, sino que pateo con idéntica seguridad el suyo. Y por eso, por la fe de Araujo y la convicción de todo el plantel, Mercantil se coronó campeón provincial.

Justo campeón, justo porque Mercantil creció, maduro, aprendió, corrigió, espero, y sobretodo… Mercantil creyó. Juan Guapura, a quien Bonvehi declaró como el gran gestor de todo esto, creyó y construyó todo esto el uruguayo. Creyó en todo esto el propio Bonvehi, creyeron los jugadores, y siempre que un hay convicción, hay recompensa.

Ahora será momento de pensar en la fase regional, probablemente viajando a Rio Gallegos para buscar la clasificación a la etapa nacional.

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