Pablo Imhoff partió desde Ushuaia a Alaska a bordo de una moto y con una cámara Go-Pro con la que comparte experiencias y detalles en redes sociales. “Dejé mi trabajo y mi antigua vida, empecé de cero y fue una de las mejores decisiones”. Pasó por Comodoro y proyecta retomar la Ruta 40.
COMODORO RIVADAVIA.- Una moto, un celular y una cámara Go-Pro para transmitir sensaciones y el paisaje del momento le bastan a Pablo Imhoff para multiplicar en YouTube cada secuencia de su viaje por las rutas argentinas. El santafesino decidió dejarlo todo en 2014, en términos de vida “normal”, para cumplir con el sueño de muchos. Quiere llegar hasta Alaska, a bordo de una moto Honda Econo Power de 90 centímetros cúbicos, modelo 1992 y pasó por Comodoro Rivadavia hacia el norte, siempre haciéndose de amigos y de nuevos rumbos. Tiene 27 años, es técnico óptico aunque prefiere ejercer como “Pablito viajero”, la cuenta en la que narra en primera persona, todo lo que le sucede a lo largo de su envidiable periplo. Dice no ser un “personaje” ni ser un “superhéroe” pero sí mostrarse como una historia de carne y hueso, sufriendo la pinchadura de una ruta; luchando contra las restricciones por el Covid y por dialogar con los personajes más variados sin proponérselo, sin preproducción.
“En la Patagonia se vive con más intensidad eso de la soledad en el medio de la nada”
“Tengo amigos acá y es la tercera vez que paso por Comodoro Rivadavia”. Imhoff dejó atrás su vida “cumpliendo horario” en un laboratorio; para renunciar al alquiler y a su trabajo para empezar a viajar en una especie de vida sobre ruedas, bien nómade. Primero fueron vacaciones a Chile y Perú y luego “La vuelta a la Argentina” que duró tres años a bordo de una moto Gilera del 70. “Quiero recorrer todo el continente desde Santo Tomé, que es mi ciudad, hasta Ushuaia y de ahí llegar a Alaska”, dijo en diálogo con el programa “Fase Cero” (Cadena Tiempo Comodoro).
“Dejé mi trabajo en un laboratorio de Rosario y mi antigua vida, empecé de cero y te diría que fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida. Conocer lugares y personas son historias que van quedando guardadas en la memoria. Eso es lo más lindo de viajar, las anécdotas y lo nuevo que siempre quede por conocer”. Imhoff define a su moto, una Econo Power 92, como clásica y hasta “antigua” pero eficaz a la hora de llegar a cada estación. “Es una moto chica, de baja cilindrada; pensada para la ciudad y no tanto para viajar. A mí me viene bien porque viajo con poco equipaje y además, me gusta mucho. La elegí más por gusto que por funcionalidad”.
Describe que la hoja de ruta se está cumpliendo de manera improvisada. “Si bien el objetivo es llegar a Alaska, todo se va dando sobre la marcha y mucho más en estos tiempos, donde no se sabe muy bien qué es lo que va a pasar. Voy planificando las paradas, los kilómetros y los lugares a visitar”.
“Los viajes tienen ese condimento que los hace inolvidables, enriquecedores”
Aunque resulte agradable la sensación del viento en la cara; en la Patagonia esto representa una dificultad. “El viento me condiciona porque viajo en una moto de baja cilindrada. Pasaré por Sarmiento y de ahí agarraré la Ruta 40, por donde quiero llegar a la Quiaca. Ahí veré cómo están las restricciones para seguir viajando a otros países”.
“Hago redes -reconoce- por gusto y necesidad. Empecé haciendo videos de viajes en YouTube cuando todavía no era algo masivo. Ni sabía que se podía monetizar; que la gente se podía suscribir al canal y hoy es una fuente de trabajo y me permite generar ingresos. Todo el mundo lo sabe”. Para Imhoff, el rol de influencer no “encaja” demasiado en su perfil. “Para mí era un hobby y hoy es mi principal trabajo. Es a lo que más energía le pongo. Fui aprendiendo sobre la marcha, no lo estudié; soy un autodidacta; a prueba y error. Cuando vas creciendo en las redes aparecen sponsors y es como una bola de nieve que te permite generar ingresos”.
Viajes inolvidables
El viajero youtuber reconoce no planificar demasiado “hacia adelante”. Volverá hacia el oeste por la Ruta 40 y de ahí, seguirá hacia el norte bien extremo esperando por los cambios sanitarios que pudieran implementarse.
“En la Patagonia se vive con más intensidad eso de la soledad en el medio de la nada. Cuando se acampa en cualquier lugar es muy gratificante disfrutar esa sensación de libertad. Los viajes tienen ese condimento que los hace inolvidables, enriquecedores”. En Instagram y YouTube, el viaje va transitando en paralelo. “Pueden seguirme por ahí”, recomienda.