Contra viento y marea se realizó una regata complicada

USHUAIA.- Los amantes de la náutica fueguina tuvieron una jornada más de decoro tras realizar el pasado domingo la puesta en escena de la regata Vuelta de Iturrieta, donde se puso en juego la Copa Altos Ushuaia, que estuvo auspiciada por el hotel homónimo.

Una decena de embarcaciones animaron la cita deportiva que estuvo signada por fuertes vientos, por momentos lluvia intensa y hasta una nevada, que brindaron el tinte especial a la contienda ejecutada en las aguas de la bahía de la capital provincial bajo la entera organización del club AFASyN, promotor e impulsor de la vela en estas latitudes.

Según el relato efectuado por los integrantes de la institución tras el evento deportivo, el pronóstico adelantaba el viento constante de unos 17 nudos con rachas de hasta 30 del sector oeste, que hacía dudar el comienzo de la regata. Sin embargo, luego de la consulta de rigor a Prefectura Naval, que es la entidad que otorga la seguridad en el agua, se procedió a la disposición de los veleros para hacer efectiva la largada.

La partida de las embarcaciones se dio pasadas las 11:30 en proximidades al puerto comercial de la ciudad capital de Tierra del Fuego. Se diagramó la cancha en un circuito boyado en la bahía, utilizando además la referencia de la isla Casco. Los participantes se acercaron a ésta en la cabecera del Aeropuerto Internacional de Ushuaia y luego se orientaron frente al Shopping Paseo del Fuego y finalmente rumbearon hacia la meta que estuvo situada frente al muelle de partida, entre una boya y el barco de la comisión de regata.

La intención primaria de los deportistas era poder llevar adelante dos vueltas al trayecto escogido para la ocasión. No obstante, ante la dificultad permanente del clima adverso, los organizadores replantearon la carrera náutica y, finalmente, llegó la determinación de los organizadores de recortar las dimensiones de la contienda y concluir sólo la primera porción de la regata.

Según lo indicado por Oscar Méndez Domínguez, en el relato de la contienda, lo más peligroso de la regata fue sin duda la virada de isla Casco cruzando el falso Paso Chico, ya que allí se formó un túnel de viento entre la península del aeropuerto y la isla que podía tirar los barcos contra las piedras. Felizmente no hubo incidentes que lamentar». Igualmente mencionó que la protección en el agua estuvo a la orden de las circunstancias: «Estuvimos protegidos todo el tiempo por dos lanchas de la Prefectura Naval Ushuaia, con nadadores de rescate».

De los diez veleros que participaron en la regata dominguera fueron ocho los que atravesaron la línea de sentencia, que dejó como premio Cinta Azul, al primer velero en cruzar la meta, al Anamaría, que estuvo capitaneado por Carlos Castro.

En lo que respecta a los premios por categoría, en la Clase Mayor, que está compuesta por las embarcaciones de mayor porte, el primer lugar fue para el Wulaia, que estuvo al mando de «Niki» Martin; mientras que el velero de la Armada Argentina, denominado Irene -timoneado por Danilo Amaya-, concluyó como el escolta de la jornada. Y en último escalón del podio, tras los tiempos corregidos, terminó el Anamaría; y cuarto finalizó el Vikingo de Marcelo Cremades.

En tanto, en la Clase Menor, Esteban Cavallieri al timón del Manekenk se adjudicó la posición de privilegio de la cita deportiva. Sergio Gudiño, que por tramos encabezó el lote de la contienda, con el Yagán, se quedó con la segunda colocación; y el tercer lugar fue para la embarcación de la Prefectura Naval Argentina. El Canaloa II, que estuvo timoneado por Santiago López, se apropió del tercer sitio de los puestos principales.

Los veleros recorrieron la bahía de Ushuaia en plena regata. (Marcelo Antiñanco).