«Mujeres de la Viña» es un grupo de viticultoras que busca mejorar su rentabilidad a través de la elaboración de vinos con marca propia.
BUENOS AIRES.- «Mujeres de la Viña» es un grupo de viticultoras que busca mejorar su rentabilidad a través de la elaboración de vinos con marca propia, con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar) y transformarse en un exitoso caso de integración horizontal con perspectiva de género.
«Somos elaboradores y productores de vino artesanal y, como yo, hay un montón de mujeres, pequeñas productoras, que trabajan la viña en forma particular», explicó a Télam Adriana Gómez, miembro de la comisión directiva de la asociación de Mujeres de la Viña.
Hasta ahora, el grupo está conformado por 21 mujeres productoras de vid que, luego de varios encuentros, coincidieron en la necesidad de buscar alternativas de mejora en cuanto al trabajo organizativo y la rentabilidad, así como acceder a capacitación y acompañamiento en la elaboración de un vino de alta calidad y con marca propia.
El grupo se propone elaborar 2.000 litros de vino de alta calidad que se comercializará bajo la marca «Apasionadas»; actualmente cuentan con 500 botellas de vino Malbec y Merlot, ambas de la cosecha 2020, que se destinarán a la venta.
«Necesitamos darle este lugar a las mujeres, podemos hacerlo, tenemos ganas de aprender y saber cómo se hace este trabajo tan hermoso, siendo tan poco visto a la mujer en la vitivinicultura», completó la elaboradora y productora familiar.
En ese sentido, Federica Agüero, técnica de los centros de desarrollo vitícola del INTA y articulación institucional con la Coviar, explicó a Télam que «impulsar mujeres de la viña en el sector vitivinícola fue un cambio estructural porque fue romper con muchos mitos porque el sector es muy masculino».
En el Centro de Desarrollo Vitícola La Consulta (Mendoza) se detectó la presencia de mujeres productoras de la zona, que trabajaban individualmente pero que compartían las mismas demandas, inquietudes, temores, prejuicios e intenciones de permanecer y desarrollarse en el sector.
A partir de un primer encuentro en 2018 se buscó continuar con el espacio de integración horizontal para capacitarse, afianzar vínculos y trabajar en forma conjunta.
Con este objetivo, la Coviar brindó un aporte económico de $250.000, no reembolsable, para que el grupo pueda adquirir equipamiento, el cual incluye una despalilladora, tanques para vinificación y una bomba centrífuga.
En tanto, el INTA sede La Consulta les brindó un espacio físico en la Estación Experimental, en calidad de préstamo, que les permite conservar y fraccionar el vino.
Por su parte, las integrantes del grupo aportaron la mano de obra para la cosecha de las uvas, la elaboración del vino y el fraccionamiento en botella; y, por ser un proyecto de integración horizontal, cada una de las productoras del grupo contribuyó con 200 kilogramos de uvas para la elaboración de los 2.000 litros de vino.
El objetivo de la iniciativa es darle valor agregado a la materia prima que producen (uva de media y alta gama) para ganar sostenibilidad; y, en la medida que los procesos de comercialización resulten exitosos, aumentar gradualmente la producción, con la intención de posicionar la marca en el mercado local.