La presentación del nuevo disco “Descartable” dio pie a una exhibición de recursos que dio cuenta de la dimensión del artista de 26 años. El Indio Solari apareció por vía virtual.
Un artista popular es aquel que logra dialogar con el pasado y el presente y a la vez expandir el discurso hacia adelante. Eso es lo que viene proponiendo Wos desde su devenir como solista en 2019 -después de consagrarse en competencias de freestyle-, con su debut Caravana. Lejos de refugiarse en un nicho -la escena del rap o el trap- o limitar su mundo a un idioma en particular, Valentín Oliva –su nombre real- se preocupa por entablar un diálogo abierto con artistas de generaciones anteriores que consiguieron tocar una fibra popular desde la cultura musical, como Indio Solari, Ricardo Mollo, Atahualpa Yupanqui, Gustavo Santaolalla o Natalia Lafourcade.
Sin embargo, Wos no desatiende la estética de su propia generación: la irreverencia y oscuridad de Dillom, la impronta pop de Nicki Nicole, la virtud performática de Louta o el espíritu flexible de CA7RIEL; todos artistas cercanos a su música con quienes realizó colaboraciones y creaciones en estos cinco años. En el caso de Wos en particular se suma un componente artístico que lo distingue de la mayoría de los artistas de su generación: una reflexión política sobre el mundo y una sensibilidad social presente en todos sus discos.
Sin caer en un tono explícito o panfletario, su espíritu de denuncia es más bien existencial -de adentro hacia afuera- y tiene que ver con algunos desacuerdos sobre el pulso de esta época: la desigualdad social, el exceso de individualismo o el triunfo de la mercadotecnia en la música, como señala en “Cabezas cromadas”, de su nuevo disco, Descartable (2024). “¿Con qué moneda vamos a comprar la entrada al gran teatro del enfermo intercambio social?”, se pregunta Wos en esa canción que grabó con Dillom de invitado, que también estuvo presente el sábado en Racing. “La mercadotecnia de la nueva fama/ Un poder vencido que no puede nada”, canta también sobre esta sociedad descartable de la que tampoco escapa la música.
Un artista popular es aquel que logra dialogar con el pasado y el presente y a la vez expandir el discurso hacia adelante. Eso es lo que viene proponiendo Wos desde su devenir como solista en 2019 -después de consagrarse en competencias de freestyle-, con su debut Caravana. Lejos de refugiarse en un nicho -la escena del rap o el trap- o limitar su mundo a un idioma en particular, Valentín Oliva –su nombre real- se preocupa por entablar un diálogo abierto con artistas de generaciones anteriores que consiguieron tocar una fibra popular desde la cultura musical, como Indio Solari, Ricardo Mollo, Atahualpa Yupanqui, Gustavo Santaolalla o Natalia Lafourcade.
Sin embargo, Wos no desatiende la estética de su propia generación: la irreverencia y oscuridad de Dillom, la impronta pop de Nicki Nicole, la virtud performática de Louta o el espíritu flexible de CA7RIEL; todos artistas cercanos a su música con quienes realizó colaboraciones y creaciones en estos cinco años. En el caso de Wos en particular se suma un componente artístico que lo distingue de la mayoría de los artistas de su generación: una reflexión política sobre el mundo y una sensibilidad social presente en todos sus discos.
Sin caer en un tono explícito o panfletario, su espíritu de denuncia es más bien existencial -de adentro hacia afuera- y tiene que ver con algunos desacuerdos sobre el pulso de esta época: la desigualdad social, el exceso de individualismo o el triunfo de la mercadotecnia en la música, como señala en “Cabezas cromadas”, de su nuevo disco, Descartable (2024). “¿Con qué moneda vamos a comprar la entrada al gran teatro del enfermo intercambio social?”, se pregunta Wos en esa canción que grabó con Dillom de invitado, que también estuvo presente el sábado en Racing. “La mercadotecnia de la nueva fama/ Un poder vencido que no puede nada”, canta también sobre esta sociedad descartable de la que tampoco escapa la música.